El domingo 4 de septiembre, por la mañana, el arzobispo presidió la celebración del decanato de Sacatepéquez y Guatemala en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo de San Lucas Sacatepéquez.

Participaron numerosos hermanos de las diferentes comunidades involucradas, así como los padre orlando López, encargado pastoral del área y Luis Uyoa, encargado del seminario para la formación pastoral.

Después de la formación, los hermanos tuvieron el tiempo para expresar una serie de reflexiones, comentarios y preguntas sobre diferentes temas.

El punto más importante en torno al que se dialogó fue la urgencia de vivir la conversión como actitud cotidiana de volver a dejarlo todo para ser discípulo del Señor.

Los coordinadores de las diferentes comunidades así como los presbíteros que estaban participando presentaron sus respectivos informes pastorales.

Se subrayó el hecho de que se está creciendo en cuanto a la identidad y el sentido de pertenencia a la iglesia y, en algunos lugares, también en el número de fieles.

El domingo 4 de septiembre, al mediodía, el arzobispo llegó hasta la sede de la comunidad Semillas de Fe y Amor, en San Rafael, zona 18 de la ciudad de Guatemala.

La visita comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los hermanos que, con actitud de humildad, se confesaron pecadores.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, se administró la confirmación y el envío misionero a las señoritas María José y Nathalie, miembros de la comunidad local.

El arzobispo les explicó cuál era el sentido de lo que se realizaba y los compromisos que se asumían y, luego, procedió a administrar la confirmación.

También dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, se hizo la renovación del encargo de ministros para la distribución de la comunión de los hermanos Beto, Aracely y Jorge.

También en ese día, se hizo la bendición de las nuevas túnicas que, a partir de ahora, utilizarán cuando estén ejerciendo el encargo de ser ministros para distribuir la comunión.

La actividad en la zona 18 concluyó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y concelebrada por el padre Orlando López, párroco local.

El arzobispo explicó cómo en la celebración el Señor pone su trono en medio de la humanidad, para entregarse y constituirnos en templos vivos de su gloria.

El domingo 4 de septiembre, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad Santísima Trinidad, ubicada en Bárcenas, Villa Nueva, acompañado por el padre Orlando López, párroco local.

La visita comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los que, humildemente se reconocieron pecadores e imploraron el perdón del Señor.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, se administró la confirmación y el envío misionero a nueve hermanos de la comunidad, que habían sido cuidadosamente preparados.

Se trató de Fernando, Julio, Jeremías, Cristian, Madeleine, Herlyn, Kimberly, Lady y Petrona. Todos expresaron su disponibilidad a dar testimonio activo del Evangelio.

También dentro del marco de las celebraciones, se renovó en encargo como ministro de la comunión al hermano Miguel y se instituyó al hermano Cornelio.

Los hermanos, debidamente elegidos por la comunidad, expresaron su disponibilidad a trabajar con generosidad y, sobre todo, a dar testimonio del Evangelio.

La actividad pastoral del arzobispo concluyó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y concelebrada por el Padre Orlando, párroco local.

El arzobispo invitó a los hermanos a tratar de prepararse, de tal manera que estén capacitados para participar en la comunión con el Cuerpo del Señor, Palabra viva de Dios, hecha carne, que da la vida eterna.

El miércoles 7 de septiembre, el arzobispo dio inicio a la visita pastoral mensual de la parroquia de San Miguel Arcángel, ubicada en California, Estados Unidos.

Después de estar ocupado con cuestiones administrativas durante el día, por la noche, llegó hasta la comunidad Pacto Divino, en donde administró el sacramento de la reconciliación a quienes lo necesitaron.

Después de la homilía en la que se explicó el sentido de las bienaventuranzas en el Evangelio de Lucas, el arzobispo invitó a los hermanos a la oración de súplica.

Se imploró del Señor el don del discernimiento, así como de ser capaces de asumir una actitud de verdadera pobreza, para poder recibir el Reino de Dios.

La visita a la comunidad Pacto Divino concluyó con la celebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo.

El arzobispo exhortó a los hermanos a reconocer la dignidad inestimable de la Eucaristía y a estar preparados para participar sacramentalmente en la misma.

El miércoles 7, ya bien entrada la noche, el arzobispo visitó la comunidad Poder del Espíritu Santo, ubicada en la parte del centro de Los Angeles.

Se dio inicio con la administración del sacramento de la reconciliación a quienes lo necesitaron y con la lectura de la Sagrada Escritura que correspondía para entonces.

Después de la homilía, el arzobispo animó a los hermanos a hacer un acto de entrega generosa a Dios, reconociéndolo como el dueño de todo lo que se es y se tiene.

Los hermanos oraron durante largo tiempo, no habiendo faltado también la oración para que el Señor colme de gracias a todos los familiares y amigos que están lejos.

Finalmente, la jornada concluyó con la celebración de la divina liturgia para los hermanos de la comunidad Poder del Espíritu Santo, la cual fue presidida por el arzobispo.

El arzobispo, como sucede generalmente, animó a los hermanos a descubrir y asumir la profundida del misterio del Cuerpo y la Sangre del Señor que se celebra.

El jueves 8 de septiembre, fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María, el arzobispo visitó la comunidad de El Pescador, ubicada en el sur de la ciudad de Los Ángeles.

La visita comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los hermanos que se prepararon a reconocerse pecadores y participaron en la ceremonia.

Después de la homilía, en la que el arzobispo subrayó elementos esenciales de la entrega de la Virgen María, invitó a los hermanos a ponerse en oración, para pedir una respuesta como la suya.

Los hermanos oraron durante largo tiempo, implorando del Señor la gracia de ser fieles y de entregarse incondicionalmente al servicio del Señor, para dar testimonio del Evangelio.

También, dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, se llevó a cabo la bendición de la hermanoa Cristina, quien servirá para la liturgia de diferentes maneras.

El arzobispo recordó el compromiso de vida que se asume y cómo no se trata solamente de algo ceremonial sino de una actitud de compromiso integral.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, para los hermanos de la Comunidad El Pescador, invitándoles a participar activamente en la misma.

Particularmente, el arzobispo subrayó que el misterio que se celebra en la divina liturgia es, sacramentalmente, similar al que el Espíritu Santo realizó en el seno de la Virgen María.

El viernes 9 de septiembre, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la sede de la Parroquia Siro Ortodoxa de Saint Peter en San Dimas, California, para responder a una invitación recibida para dirigirse a los jóvenes.

Apenas llegó, el párroco le dio la bienvenida, luego la señora Patricia y su esposo, encargados de la pastoral juvenil y, finalmente cada uno de los jóvenes que participaron en el encuentro.

El arzobispo se dirigió a los jóvenes durante una hora de tiempo, acerca de su experiencia personal sobre la fe y la pertenencia a la Iglesia Siro Ortodoxa de Antioquía.

El arzobispo presentó algunos datos de su experiencia personal y, luego, presentó algunos desafíos a los jóvenes, ante la misión especial que el Señor nos confía.

Después de la presentación del arzobispo, los jóvenes tuvieron el tiempo necesario para plantear diferentes preguntas sobre la fe y el compromiso cristiano.

Al final, agradecieron al arzobispo su participación, se realizó una foto de grupo y, cada uno de los jóvenes, se acerco a pedir la bendición a Mor Santiago Eduardo.

El viernes 9, por la noche, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para los catequistas de la parroquia de San Miguel Arcángel en la sede de la parroquia.

El arzobispo animó al arrepentimiento y, a la luz de las lecturas bíblicas, también a reconocer el don inestimable que implica el haber sido elegidos por el Señor para su servicio.

Después de la homilía, en la que el arzobispo subrayó cuáles deben ser las características del auténtico discípulo, el arzobispo invitó a los hermanos a pedir del Señor la gracia de ser servidores fieles.

Los hermanos entraron en un tiempo de oración profunda, orando por sí mismos y la misión que han recibido, por sus familias y por las necesidades de la parroquia.

El arzobispo presidió, el viernes 9 de septiembre, por la noche, la celebración de la divina liturgia para los catequistas de la parroquia de San Miguel Arcángel.

Animó a los hermanos aprofundizar en el sentido que tiene la celebración del misterio del Cuerpo y la SAngre del Señor y les animó a participar con fe y devoción.

Seguidamente, el arzobispo impartió formación para los catequistas de la parroquia de San Miguel Arcángel, en la sede de la parroquia en East Rancho Domínguez.

El arzobispo hizo énfasis en los criterios que siguieron los apóstoles para interpretar la Sagrada Escritura y, también explicó cómo todo el proceso de la Sagrada Escritura, está lleno paradojas, par fomentar la fe y la confianza total en Dios.

También se tuvo un tiempo de formación para la celebración solemne de la Divina Liturgia, aprobada para el uso en la Arquidiócesis de Centroamérica.

Progresivamente, se está entrando en el sentido profundo de la Liturgia y en la participación que se requiere para vivir en profundidad los divinos misterios.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración del consejo pastoral de la parroquia de San Miguel Arcángel, para evaluar lo que se está realizando.

se reconoció que, especialmente a través de la oración, se han dado pasos auténticos que tienen a una mejor comunicación y a la consolidación de la unidad y la comunión.