El sábado 17 de septiembre, el arzobispo llegó a la comunidad de Yoxajá de la Boca Costa de Nahualá, Sololá, para encontrarse con los hermanos de la zona.

Debido a diferentes desafíos, la presencia en esa zona ha sido escasa, por lo que primero que se hizo fue tener una reunión con líderes, con vistas a definir mejor los alcances de la misión y, luego se administró la reconciliación.

A la luz de las lecturas bíblicas, el arzobispo animó a los hermanos a asumir una actitud de profunda disponibilidad al Señor, para poder ser sus testigos en el mundo.

Por lo mismo, los hermanos entraron en un tiempo de oración, implorando del Señor la gracia de ser transformados por el Espíritu, para poder dar auténtico y fructuoso testimonio del Evangelio.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para los hermanos que estaban participando en la ceremonia. Concelebró el padre Tomás Canajay.

El arzobispo animó a los hermanos a centrar su vida cristiana en torno al sacramento del Cuerpo y de la Sangre del Señor, para crecer en la vida espiritual, como auténticos discípulos.

El mismo sábado 17, por la tarde, en medio de un diluvio y, teniendo que pasar entre ríos, el arzobispo llegó hasta la naciente comunidad de El Socorro en Chicacao.

Después de reconocer que la visita a la comunidad era una muestra clara de la elección que el Señor ha hecho de los hermanos, les animó a acudir al sacramento de la reconciliación.

Después de la homilía, en la que el arzobispo recordó a los hermanos los compromisos que el Señor les confía, al ser parte de la Iglesia, madre de todas las iglesias, se entró en un tiempo de oración.

Se imploró del Señor, la gracia de ser fieles a la elección recibida y de cumplir con cuidado el compromiso de ser testigos del Evangelio, para impulsar el crecimiento de la Iglesia.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, para los hermanos de la comunidad de El Socorro. Chicacao. El Padre Tomás Canay, concelebró la liturgia.

El arzobispo animó a los hermanos a tratar de consolidar su organización y presencia, para que muy pronto puedan contar con un oratorio y tener la presencia sacramental en medio de ellos.

El miércoles 21 de septiembre a media noche, llegó el arzobispo al Aeropuerto El Dorado de Bogotá, para comenzar la visita pastoral de la vicaría de Colombia.

El juves 22, por la mañana, la primera actividad que se tuvo fue la visita a enfermos que están bajo el cuidado del Padre Michael, habiéndoseles administrado el sacramento de la reconciliación, la unción de los enfermos y la comunión.

El mismo día 22, a mitad de la mañana, después de una caminata, pues ese día estaba prohibida la circulación de vehículos en Bogotá, se llegó hasta el lugar en el que el Padre Michael se reúne para celebrar la divina liturgia con los hermanos del Barrio María Cristina.

En esta ocasión, se trató de hacer la reunión con miembros de tres consejos pastorales de diferentes sectores que atiende el Padre Michael en el área de Bogotá. Los hermanos le dieron una calurosa acogida al arzobispo.

Después de los saludos, se hizo la reunión con los consejos pastorales de las tres comunidades que atiende el Padre Michael en el área central de Bogotá.

Los hermanos compartieron cuáles son las diferentes actividades que se tiene y las perspectivas de crecimiento. El arzobispo hizo énfasis, particularmente, en la urgencia de que se estabilicen las comunidades, a través de la construcción de lugares de culto estables.

Al final de la reunión general, el arzobispo tuvo unos momentos para encontrarse con los miembros de cada uno de los consejos que habían participado.

Los hermanos quedaron muy animados a comprometerse con más entrega en la implantación y desarrollo de la santa iglesia en la zona en la que viven.

Después de la reunión con el pueblo de Dios, se tuvo una breve reunión con los padres Michael y Jesid, así como con el diácono Andrés Herrera, quienes ejercen pastoralmente en el área.

El arzobispo especialmente hizo énfasis al diácono de que es oportuno que piense en la conveniencia de ser promovido al orden presbiteral, sin embargo, para ello, es indispensable que se estabilice en la atención de una comunidad parroquial que lo elija para tal ministerio.

El mismo jueves 22 de septiembre, el arzobispo llegó, en medio de torrentes de lluvia, hasta la comunidad San Miguel de la Montaña, ubicada en el área conocida como La Selva, en al área metropolitana de Bogotá.

La comunidad está atendida por el Padre Jesid Galindo y, después de los saludos correspondientes, se administró el sacramento de la reconciliación a quienes se sintieron llamado a participar de él.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgicas en San Miguel de la Montaña, fueron presentados al arzobispo trece hermanos, debidamente preparados, para que se les administrara la confirmación de la crismación.

Después de explicar detenidamente cuáles son los compromisos inherentes a la recepción de la confirmación, el arzobispo procedió a administrarla a los hermanos.

Seguidamente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para los hermanos de la comunidad parroquial de San Miguel de la Montaña, en el área conocida como la Ecoselva de Bogotá.

Concelebraron con el arzobispo los padres Michael y Jesid, quienes trabajan pastoralmente en el área. El arzobispo animó a todos a su participación activa en los divinos misterios.

Al finalizar las celebraciones litúrgicas, el arzobispo aprovechó para compartir con los hermanos unos breves momentos de formación sobre la liturgia y la identidad de la Iglesia.

Se comenzó con explicar la forma de hacer la señal de la cruz. Seguidamente, se explicaron cuestiones referentes a la historia de la Iglesia y cómo es indispensable conocer e identificarse con su identidad.

Finalmente, la visita del arzobispo al área del Centro de Bogotá, los miembros de la comunidd San Miguel de la Montaña, quisieron presentar un breve acto cultural en honor al arzobispo.

Un grupo de niños de la comunidad parroquial, interpretaron un canto y otros hermanos, pertenecientes a un grupo de música andina, hicieron también la presentación propia del grupo étnico al que pertenecen.

El viernes 23 de septiembre, por la mañana, el arzobispo, junto a los presbíteros de la Vicaría de Colombia, hicieron la oración del oficio divino, como parte del encuentro del arzobispo con los presbíteros.

El encuentro se llevó a cabo en un colegio de Cartagena de Indias y se contó con la participación de la gran mayoría de los presbíteros de la Vicaría.

La primera parte del encuentro, después de la oración del oficio divino, se concretó en plantear los diferentes problemas que han aquejado a la Vicaría y en plantear soluciones.

Se dialogó acerca de la integridad de vida, la sinceridad y la entrega total que debe caracterizar a cada uno de los presbíteros, cada quien, según su estado de vida.

Después de la reunión destinada a la reorganización de la Vicaría de Colombia, se tuvo una segunda reunión en la que se dialogó sobr os criterios para la selección y formación de futuros presbíteros.

Se planteo la distinción que existe entre los criterios para la selección y formación de candidatos al ministerio ordenado célibes y la que existe con los candatos que sean casados.

El mismo viernes 23 de septiembre, en una institución educativa de Turbaco, se continuó con la celebración del encuentro de los presbíteros de la Vicaría de Colombia.

En esta ocasión, el arzobispo desarrolló la cuestión de la sacramentalidad de la iglesia, como medio para la prolongación del misterio de la encarnación, en la vida de la Iglesia.

El mismo viernes 23, hacia media tarde, el arzobispo impartió formación a los presbíteros de la vicaría de Colombia, acerca de la celebración de la divina liturgia.

Se explicó cuál es el sentido de los diferentes elementos que se utilizan para la celebración litúrgica y cómo debe ser utilizados los mismos, dentro del marco de la fidelidad a la fe apostólica.

La actividad formativa con el presbítero concluyó el viernes 23 por la tarde, tiempo en el que se dialogó, ante todo, sobre el sentido de la conversión cristiana, dentro del marco del Año de la Conversión.

Finalmente, se dialogó sobre la urgencia de tener una reglamentación acerca de aspectos de la vida de la Iglesia y de elegir a un presbítero como encargado del desarrollo e impulso financiero de la Iglesia en Colombia.

Después de los saludos a los fieles, el arzobispo comenzó un tiempo de formación, en el que fue presentando diferentes aspectos de la vida de la Iglesia.

Seguidamente, se abrió el diálogo para que las personas que tenían algunas interrongantes puedieran plantearls y se les diera la respuesta, desde nuestra perspectiva.

Luego, el padre Ariel, párroco Local tuvo la idea de presentar al arzobispo a una enferma y, de allí, se decidió abrir la posibilidad a todos los enfermos que quisieran recibir la unción.

El arzobispo, apoyado en la oración por la gran mayoría de presbíteros presentes, ungió a un número grande de hermanos y, luego, los presbíteros oraron por ellos.

La visita pastoral a la comunidad de Turbaco, concluyó con un breve encuentro que tuvo el arzobispo con diferentes grupos que estaban participando en el encuentro.

El arzobispo se despidió de los hermanos, después de haber recibido de éstos, el comrpomiso de trabajar incansablemente para lograr la construcción del templo parroquial.