El sábado 1 de octubre, acompañado por el diácono Lorenzo, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia de San Miguel Arcángel de Tzanixnam, Totonicapán.

Después de encontrarse con el consejo pastoral y con el párroco, padre Jarlin, comenzaron las celebraciones litúrgicas, con la administración del sacramento de la Reconciliación.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, se administró la confirmación de la crismación y el envío misionero a 14 jóvenes de la parroquia de San Miguel Arcángel.

El arzobispo les explicó cuáles son los compromisos que se asumen y, ellos, manifestaron su disponibilidad a ser fieles en el servicio del Señor, antes de que se les administrara la confirmación.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, los hermanos pasaron también a recibir la bendición del arzobispo y a recibir el saludo de la paz.

El arzobispo les animó a ser fieles en su entrega como auténticos discípulos del Señor y a tratar de ser testigos del Evangelio en todos los lugares y circunstancias.

La actividad litúrgica en la parroquia de San Miguel concluyó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y concelebrada por el Padre Jarlin.

El arzobispo animó a los hermanos a hacer de la comunión con el Cuerpo y la Sangre del Señor, la fuente de vida, pues es a través de ella como la vida eterna se comunica en el creyente.

El miércoles 5 de octubre, por la noche, el arzobispo llegó hasta la sede de la comunidad Pacto Divino, en el centro de Los Ángeles, Califiornia, para hacer la visita pastoral mensual.

La actividad comenzó con la administracíon del sacramento de la reconciliación. De acuerdo a la praxis apostólica, el arzobispo invitó a todos a reconocerse pecadores, para luego poder recibir la absolución.

Durante la homilía, a la luz de la Carta del Apóstol Pablo a los Gálatas, el arzobispo explicó cómo la iglesia católica nace cuando, prescindiendo de los condicionamientos culturales locales, se enfatizó la unción del Espiritu Santo, como criterio de pertenencia al Señor.

Para implorar del Señor la gracia de poder abrirse a la auténtica fe, como se testimonia en el Nuevo Testamento y, la cual se fundamenta en la efusión del Espíritu Santo, el arzobispo invitó a los hermanos a la súplica humilde y confiada.

Finalmente, la visita a la comunidad Pacto Divino, culminó con la celebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo, Mor Santiago Eduardo.

El arzobispo animó a los hermanos participantes, a tratar de vivir en una actitud tal, que, incensantemente, puedan alimentarse con los divinos misterios.

Ya bien entrada la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad Poder del Espíritu Santo, ubicada en la sexta calle, del centro de Los Ángeles, California.

El arzobispo invitó a todos los hermanos a reconocerse pecadores y a participar en el sacramento de la reconciliación, para alcanzar, por la efusión del Espíritu Santo, el perdón de los pecados.

Después de explicar el sentido que tiene la oración del Padre nuestro, en el evangelio de Lucas, haciendo énfasis en que todas las afirmaciones implican la experiencia de familiaridad con Dios, por la participación en su vida de Señor resucitado.

Por lo mismo, el arzobispo invitó a los hermanos a ponerse en oración profunda, para agradecer al Señor los diferentes dones que se han recibido e implorar la gracia de entregarse incondicionalmente acumplir su voluntad.

La actividad del día 5 terminó ya cerca de la media noche, con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y en la que participaron todos los miembros de la comunidad local.

El arzobispo animó a los hermanos a profundizar en la conciencia acerca del sentido e iimplicaciones que se viven al celebrar la eucaristía y les instó a estar siempre listos para participar sacramentalmente en los mismos.

El jueves 6 de octubre, por la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad El Pescador, para visitar pastoralmente a los hermanos y administrar los sacramentos.

Se comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a los hermanos que, con corazón arrepentido se reconocieron pecadores. El arzobispo animó a los hermanos a vivir en la libertad de los hijos de Dios, por la efusión del Espíritu Santo.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgica, fueron presentadas la hermana Angélica y Petronila, para ser bendecidas como acólito la primera y como lectora la segunda.

El arzobispo les exhortó a configurar sus vidas con Cristo y, a continuación oró sobre ellas, para implorar del Señor la bendición para estar capacitadas para el ministerio elegido.

También, en el contexto de intercambio de la paz, el arzobispo aprovechó para tener un breve encuentro con muchos de los hermanos que estaban participando en la liturgia.

El arzobispo les animó a vivir en la paz, que es fruto de la acción del Espíritu Santo que el Señor regala a quienes se lo piden y ponen en Él su confianza.

La visita pastoral terminó con la celebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo.

Los hermanos fueron animados a tratar de vivir en sencillez y radicalidad la vida cristiana, para poder estar capacitados a participar asiduamente de la comunión con el Cuerpo y la Sangre del Señor.

El viernes 7 de octubre, por la noche, el arzobispo impartió la formación, especialmente a los que ejercen ministerios y cantan en la liturgia divina, como preparación a la consagración del Templo.

Se trata de la primera vez que, en manera formal, se imparte formación, tendiente a la preparación para la celebración de la divina liturgia con el rito solemne, aprobado para la Arquidiócesis.

Después de la formación y, también como preparación a la solemne consagración del templo y del altar de la Parroquia de San Miguel Arcángel, el arzobispo presidió las celebraciones litúrgicas.

Se inició con la celebración de la liturgia de la reconciliación. Además, durante la homilía, el arzobispo hizo énfasis en la importancia de la misión que el Señor nos confía, en seguimiento de la misión confiada a los apóstoles.

Con ocasión de la fiesta de Santa María del Rosario, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, para los servidores de la parroquia de San Miguel Arcángel.

Se trató de la primera vez que se celebra la divina liturgia con el rito solemne, aprobado para uso en la Arquidiócesis de Centroamérica. Todos participaron con gran devocion.

Finalmente, el arzobispo tuvo un momento de encuentro con los tres grupos de servidores que se habían dado cita, especialmente para la celebración de la divina liturgia.

Ante todo, se encontró con los servidores de la liturgia, quienes también servirán en la liturgia de consagración del templo parroquial. Seguidamente, se encontró con algunos de los servidores de la música. Finalmente, lo hizo con hermanos que participan activamente en los diferentes servicios de la parroquia.

El sábado 8 de octubre, después del mediodía, el arzobispo presidió las actividades académicas de la Escuela de Teología y Formación Ministerial Santiago Baradeo.

Ante todo, los alumnos presentaron un informe de las enseñanzas que se habían recibido el mes anterior, dando muestra de estar en proceso de asimilación de nuevos conocimientos.

El arzobispo, aunque en una forma más resumida que lo habitual, debido a las diferentes actividades que se tenían, impartió la formación que estaba preparada.

Se habló acerca de la figura de Arrio y de las causas y consecuencias, especialmente desde el punto de vista soteriológico, que tenían las enseñanzas que daba.

Finalmente, los alumnos hicieron algunas preguntas y planteamientos acerca de la formación que se había impartido:

-Se habló de cómo Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre.

-También se dialogó sobre la forma en la que se puede concebir el misterio de la unidad y de la trinidad en Dios, de acuerdo a la fe apostólica.

- También se hicieron preguntas sobre las implicaciones de la salvación en la vida concreta del creyente.

Después de las actividades en la Escuela Santiago Baradeo, el arzobispo dedicó tiempo para recibir a los hermanos de la comunidad de Oakland, que habían llegado para participar en la consagración del templo.

Lo primero que se hizo fue presentar al hermano Juan, quien se ha incorporado recientemente a la comunidad, para que se reconciliara e iniciara el camino de plena participación en la vida de la iglesia.

Después del tiempo de oración, el arzobispo dedicó el tiempo para saludar a los hermanos que habían llegado y dialogar acerca de la marcha de la comunidad.

Los hermanos vinieron coordinados por el diácono-acólito Alonso Ortiz, quien, aparte de trabajar en cuestiones seculares, está apoyando a la comunidad de Oakland.

Después del encuentro con los hermanos de Oakland, el arzobispo, apoyado por varios hermanos, entre los que hay que señalar la participación de hermanos de la comunidad Santa María de Guadalupe, siguió con los preparativos logísticos y litúrgicos para los eventos que se celebrarían.

Se preparó todo lo referente a la liturgia, al altar y a lo que ello conllevaba, así como lo referente al ágape fraterno que se tendría después de las ceremonias litúrgicas.

Hacia las 18 horas, comenzó la llegada de los invitados para participar en la ceremonia, aparte de los fieles de la parroquia que habían llegado desde antes.

El primero en hacer acto de presencia, fue el Cónsul de Guatemala en Los Ángeles, Don Ángel Salazar Anleu.

Seguidamente llegó el Corepíscopo Sabu de la Parroquia Malankara.

Finalmente, llegó Su Eminancia Mor Clemis, acompañado por el padre Gabriel y por el diácono Manhal.

Las celebraciones de consagración dieron inicia con las lecturas bíblicas que estaban previstas en el ritual de consagración de los templos y los altares.

Se leyó una lectura del Éxodo, otra de la Primera Carta de San Juan y una tercer de la Carta a los Hebreos.

Finalmente, nuestro arzobispo cantó el Evangelio de Mateo, en el pasaje referente a la confesión de San Pedro,

Terminada la fase de las lecturas, comenzó la solemne consagración del templo y del altar de la parroquia de San Miguel Arcángel. La misma estuvo guiada por Mor Clemis y acompalada por Mor Santiago Eduardo.

Se consagró el templo, haciendo las cuatro unciones establecidas.

Seguidamente se consagró el altar y el tablitho, que será utilizado en el altar.

Finalmente, comenzó la celebración de la divina liturgia, a partir del momento de la solemne incensación y de la presentación de las ofrendas que serían utilizadas en la liturgia.

Esta parte de la celebración fue presidida por Mor Santiago Eduardo y Mor Clemis Eugenio concelebró en la misma. También lo hicieron los otros dos presbíteros.

Al final, después de que Mor Santiago Eduardo presentara el agradecimiento a todos los participantes y, especialmente a los invitados especiales, se dio la palabra a los invitados especiales.

El primero en participar fue Mor Clemis Eugenio, Seguidamente, lo hizo el Corepíscopo Sabu y finalmente, se tuvo el mensaje del Cónsul de Guatemala, Don Ángel Salazar Anleu.

En el comienzo del proceso de la parroquia, hay dos personas que tuvieron una participación activa: El hermano Lorenzo Francisco y su esposa Teresa u, en cuanto al nombre de la parroquia y a dar el primer impulso pastoral fue el hermano León Velásquez.

Por lo mismo, se colocó en el ingreso del templo, una foto de los esposos Lorenzo y Teresa, así como del hermano León, en señal de gratitud y reconocimiento.

La actividad litúrgica concluyó con la bendición solemne impartida por los dos arzobispos sobre todo el pueblo de Dios que habían participado en la celebración.

Finalmente, se invitó a los fieles que quisieron, a que se acercaran para poder también recibir la bendición, en forma personal, de los dos arzobispos.

En un ambiente de gran alegría y profunda gratitud al Señor, al final de la celebración, los participantes se acercaron para saludar a los celebrantes.

Se distinguió, además de la participación de los invitados especial, la participación de los que ejercieron ministerios diaconales dentro de la celebración litúrgica.

La actividad culminó con un ágape fraterno para todos los que habían participado en las ceremonias litúrgicas.

Los fieles participaron en una cena con variedad de platillos que se sirvió en el comedor y en el parqueo de la parroquia.

Los invitados especiales, participaron en una sencilla cena, en uno de los salones de la planta alta de la sede parroquial.