El domingo 9 de octubre, por la mañana, el arzobispo presidió la celebración de la liturgia de la reconciliación para los servidores de la parroquia de San Miguel Arcángel.

Después de invitar al arrepentimiento, los hermanos hicieron la confesión de sus pecados y, seguidamente, el arzobispo oró, implorando la efusión del Espíritu Santo.

Después de la homilía, en la cual el arzobispo explicó cómo la salvación llega cuando el creyente se reconoce en total sumisión a Dios, pues es cuando se recibe el don del Espíritu, invitó a los hermanos a ponerse en oración.

Se oró especialmente por la conversión y la perseverancia de los miembros de las diferentes comunidades de la parroquia de San Miguel, así como por las necesidades de sus miembros.

Antes de comenzar con la celebración de la divina liturgia, el arzobispo exhortó a los hermanos a intercambiarse el saludo de paz, como señal de la comunión que se vive.

Los hermanos en forma muy expresiva, intercambiaron el saludo, como signo de la comunión que se comprometen a mantener con todos, en todas partes.

La actividad litúrgica en la parroquia de San Miguel Arcángel concluyó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo, para los servidores de la comunidad central.

En la ocasión, se contó también con la participación de los hermanos que vinieron a visitar de la comunidad de Oakland, para experimentar la comunión parroquial y el sentido de la iglesia.

Después de las celebraciones litúrgicas, el arzobispo impartió formación a los hermanos que estaban participando en las celebraciones litúrgicas.

En esta ocasión, el arzobispo explicó la diferencia que existe entre tener creencias y recibir la fe. Presentó cómo las creencias son fáciles de adquirir a través del esfuerzo humano, mientras la fe es un don que dan el Espíritu Santo.

Al final de las celebraciones, tanto los hermanos de la comunidad central de la Parroquia San Miguel Arcángel como los hermanos de la comunidad de Oakland intercambiaron saludos y agradecimientos.

Los hermanos de Oakland hicieron una breve presentación del camino que han seguido y de la experiencia que han tenido al ser parte de nuestra Arquidiócesis.

El domingo 9, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la comunidad Santa María de Guadalupe de Riverside, para realizar la visita pastoral de la comunidad.

Se comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación, en el cual participaron con devoción los hermanos que estaban en las celebraciones litúrgicas.

Después de la homilía, los hermanos se pusieron en oración profunda, por invitación del arzobispo, para responder al llamado que el Señor les hacía a través de las Sagradas Escrituras.

Especialmente se oró para implorar del Señor el don de la humildad y de la entrega radical a su servicio, para abrirse a la experiencia de salvación y de verdadera sanidad interior.

La actividad litúrgica concluyó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo, en la cual los hermanos participaron con gran devoción.

El arzobispo recordó acerca de la urgencia de que la participación culmine en la comunión sacramental, pues es lo que da sentido auténtico y salvífico a la participación externa.

Dentro del marco de la visita pastoral que hizo el arzobispo a la comunidad Santa María de Guadalupe, como sucede habitualmente, se tuvo también un breve tiempo para la formación.

El arzobispo no sólo explicó el sentido de la fe sino animó a los hermanos a tratar de abrir su vida a tener la experiencia de fe que, aunque es preparada por las creencias, sin embargo, las supera abundantemente.

El lunes 10 de octubre, por la noche, el arzobispo presidió la administración del sacramento de la reconciliación para los miembros del Consejo Pastoral de la Parroquia San Miguel Arcángel.

El arzobispo explicó cuál es la actitud que el Señor requiere de parte de cada uno de quienes sirven en los diferentes ministerios y, a raíz de ello, invitó a los hermanos al arrepentimiento y a reconocerse pecadores.

Después de la homilía, en la que el arzobispo, a la luz de las lecturas bíblicas, recordó cuál es el sentido de ejercer ministerios en la Iglesia y cuáles son específicamente, los compromisos que se tienen, invitó a los hermanos a entrar en oración.

Se oró, especialmente, para pedir la iluminación del Espíritu Santo, de manera que se puedan conocer concretamente los pasos que el Señor quiere que se den para organizar y consolidar en los diferentes aspectos la parroquia.

Seguidamente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, la cual fue ofrecida especialmente para dar gracias al Señor por todos los que, de una u otra manera, se involucraron en el proceso de remozamiento del templo.

El arzobispo, como sucede habitualmente, exhortó a los hermanos a no contentarse simplemente con acudir a la comunión sacramental, sino a esforzarse por que sus frutos se manifiesten en una vida de conversión.

Finalmente, la actividad pastoral del arzobispo en California, concluyó con la reunión con el consejo pastoral de la parroquia San Miguel Arcángel, para tratar varios asuntos.

En primer lugar, el arzobispo agradeció a los hermanos su compromiso y dedicación en la preparación de todo lo que se ha hecho, especialmente en lo referente a la consagración del templo. Luego presentó los desafíos que se tienen, tanto a nivel pastoral como económico y pidió que se busque la forma de encontrar una via de solución a los mismos.

El sábado 15 de octubre, en la primera mitad del día, el arzobispo impartió el retiro de final de año a los seminaristas del Seminario Santa María del Nuevo Éxodo de San Lucas Sacatepéquez.

La primera meditación presentó una serie de reflexiones acerca de cuál es la experiencia de fe del que realmente es un seminarista ortodoxo. Se hizo énfasis en la urgencia de que todo se traduzca a la práctica de fe.

Hacia la mital de la mañana, el arzobispo tuvo un breve encuentro con estudiantes del último año de Bachillerato del Colegio Americano de Guatemala.

Guiados por Rodolfo Díaz e Ileana Aguirre, hermana del arzobispo, los estudiantes estan considerando la posibilidad de realizar el trabajo social que les es requerido en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo de San Lucas Sacatepéquez.

Se está proyectando que, con la ayuda de los alumnos, tanto económica como con su trabajo personal, se pinte una parte de las peredes exteriores de los diferentes módulos del Seminario.

Hacia el final de la mañana, el arzobispo dirigió la segunda meditación a los seminarista, para concluir el año, la cual giró en torno a la experiencia de ser seminarista católico.

El arzobispo hizo énfasis en que la raíz de la catolicidad se encuentra en el hecho de que, por la unción del Espíritu Santo, a través de la vida sacramental, se superan todas las divisiones y se recibe el don de reconocer en todos auténtica imagen y semejanza de Dios y destinatarios de la misión de comunicar el Evangelio, que el Señor confió a los apóstoles.

Después del mediodía, el arzobispo presidió la celebración de la liturgia de las lecturas bíblicas, como preparación para la celebración de la divina liturgia.

En el contexto de la fiesta de Santa Teresa de Ávila, el arzobispo recordó que el don inestimable del Evangelio, que consiste en la efusión del Espíritu Santo, que produce la capacidad de amar, es el fundamento no sólo para la vida cristiana sino para toda actividad que se realice dentro de la Iglesia.

Dinalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, como conclusión del ciclo académico 2022, del seminario Santa María del Nuevo Éxodo.

Aunque las actividades en el seminario aún se prolongarán por tres días más y luego comienzan tres semanas de actividad pastoral en las comunidades, con la divina liturgia, se concluyó formalmente la actividad del Seminario.

Al final de la celebración, el arzobispo invitó a los diferentes grupos de formación a que se acercaran para tomar una foto.

En total, se concluyó con 22 seminaristas. De ellos 3 están en el tiempo de Ejercicio Pastoral Supervisado y uno, por razones de salud se encuentra ausente.

Los otros 18 se encuentran en las fotos. El Padre Luis Uyoa es el Vice-rector del seminario. En la formación, conlabora también el licenciado Francisco Herrera, quien también es seminarista.

El domingo 16 de octubre, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Guaxacaná, sede de la parroquia Renovación Carismática de Antioquía de Nentón.

La visita pastoral comenzó con la celebración del decanato del nor occidente de Huehuetenango, en la cual participaron delegados de las parroquias de Nentón y de Tzisbaj.

Después de la formación que impartió el arzobispo, se ofreció la oportunidad a los hermanos a que intercambiaran experiencias y plantearan preguntas.

Se expresó la disponibilidad a comprometerse en tratar de que cada una de las familias y comunidades viva con mayor intensidad la auténtica renovación en el Espíritu Santo.

Después de las preguntas, se recibieron los informes presentados por los presidentes de los consejos pastorales y por los presbíteros que ejercen el ministerio en las parroquias involucradas en el decanato.

En general, se manifestó que se tiene la actitud de compromiso para emprender todo lo necesario para cumplir plenamente la misión que nos ha sido confiada.

Después de las actividades formativas, comenzaron las celebraciones de las diferentes actividades litúrgicas. Se dio inicio con la administración del sacramento de la reconciliación.

El arzobispo exhortó a los hermanos a confesarse pecadores y les animó a que acudieran con devoción y entrega a recibir el don del Espíritu Santo, a través del sacramento.

Después de la homilía, los hermanos se pusieron a actitud de súplica y oración, para implorar del Señor la gracia de la renovación integral de las parroquias.

El arzobispo les exhortó a que también imploraran la conversión personal y la renovación de todas las familias, así como del compromiso misionero.

Finalmente, se celebró la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo y concelebraron los padres Francisco Pastrana y Paulino Bizarro, párrocos de Nentón y Tzisbaj, respectivamente.

El arzobispo animó a los hermanos a acercarse a recibir la comunión sacramental, para que el don del Espíritu Santo se otorgue a cada uno de los fieles.

El mismo día domingo 16 de octubre, por la tarde, el arzobispo visitó la comunidad de Chaculá, de la parroquia Renovación Carismática de Antioquía.

La visita comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación, después de que el arzobispo exhortara, especialmente a los niños de la comunidad a tratar de sintonizar con la presencia de Dios.

La comunidad de Chaculá, en su mayoría está formada por hermanos de idioma poptí y, a pesar de que tienen largos años de existencia, ha experimentado un crecimiento lento.

En los últimos meses, sin embargo, ha comenzado a crecer más intensamente y, por eso, el arzobispo animó a los hermanos a orar, para que el proceso de crecimiento se consolide y prosiga.

La visita pastoral a la comunidad de Chaculá, concluyó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y concelebrada por el Padre Francisco Pastrana.

El arzobispo animó a la participación de los hermanos en la sagrada comunión. La mayoría de los hermanos, especialmente los niños, participaron con mucha devoción.