El lunes 17 de octubre, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia Jesús el Buen Pastor de El Amparo Agua Tinta, Margaritas, Chiapas, México, para presidir el decanato de Chiapas.

Se contó con la participación de delegados de buen parte de las comunidades y centros pastorales, así como de los padres José Alfredo y Francisco, encargados pastorales del área.

Durante la formación impartida en el decanato, el arzobispo hizo énfasis en aspectos referentes a la misión que tiene la Iglesia y la forma como la misma debe cuestionar el estilo de vida de todos.

Al final, los coordinadores de los consejos pastorales y los presbíteros, hicieron una breve presentación de la marcha que está teniendo las vida pastoral.

Las actividades litúrgicas dieron inicio con la administración del sacramento de la reconciliación a los hermanos que habían participado en las actividades formativas.

El arzobispo también animó a los hermanos a que, como respuesta a la llamada hecha en la formación, cada quien se reconociera humildemente pecador.

Después de la homilía, el arzobispo recordó que en la ocasión se estaba celebrando el octavo aniversario de ordenación del padre José Alfredo y el primero del padre Francisco, así como el tercer aniversario de la creación de la parroquia.

Por lo mismo, se oró para dar gracias a Dios y se suplico la gracia de la radicalidad y de la fidelidad en el ejercicio del ministerio y en la vida de la parroquia.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, en la solemnidad de San Ignacio de Antioquía, quien para nuestra santa iglesia tiene una relevancia muy grande.

Concelebraron con el arzobispo los padres José Alfredo, Francisco Pastrana y Francisco Diego. Todos participaron con gran devoción en las celebraciones litúrgicas.

El mismo 17 de octubre, al caer el día, el arzobispo llegó hasta Comitán de Domínguez, ciudad de Chiapas, en donde, al llegar a la comunidad, los hermanos le recibieron con gran alegría.

El arzobispo saludó a los hermanos y, luego, cominó con ellos, hasta el lugar en donde se celebrarían las actividades litúrgicas que estaban preparadas.

La actividad litúrgica dio inicio con la administración del sacramento de la reconciliación a los hermanos, que se reconocieron pecadores e imploraron del Señor el don del Espíritu Santo.

El arzobispo recordó a los hermanos que el reconocerse pecador es un aspecto esencial para poder iniciar y mantener el proceso de transformación en el Señor.

Después de la homilía, el arzobispo invitó a los hermanos participantes a ponerse en oración para dar gracias al Señor por el crecimiento que se ha experimentado y suplicar de Él, el discernimiento y la energía para dar testimonio del Evangelio.

Los hermanos participaron de buen gusto, con gran alegría, en la oración y se pudo experimentar el deseo de comprometerse en el cumplimiento de la misión que nos ha sido confiada.

La actividad pastoral del arzobispo en Chiapas, concluyó con la celebración de la divina liturgia con los hermanos de la comunidad de Comitán de Domínguez.

Concelebraron con el arzobispo los padres José Alfredo y Francisco Pastrana. Los hermanos participaron con alegría y profunda devoción en la celebración.

El martes 18 de octubre, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia Cristo Rey de Jacaltenango, para presidir la celebración del decanato del occidente de Huehuetenango.

Participaron delegados de la parroquia local y del centro de Petatán, así como los Padre José Manuel Castro y Santos Acosta. Se compartió acerca de la misión de la iglesia.

Después de la formación, se cedió el tiempo a los hermanos, para que ellos pusieran cuestiones o compartieran reflexiones acerca de la formación impartida.

En general, la formación fue acogida de manera muy posiva. Los hermanos agradecieron la misma. Además, se preguntó acerca de cuestiones, especialmente relacionadas con el sentido del pecado.

Al final de la reunión, los presidentes de los dos consejos pastorales presentes, rindieron un breve informe acerca de la marcha de las respectivas comunidades parroquiales.

Finalmente, los presbíteros compartieron asuntos relacionado con los planes pastorales que se están llevando a cabo, así como de las perspectivas de desarrollo sacramental.

Hacia el mediodía, el arzobispo presidió la celebración litúrgica del sacramento de la reconciliación a los hermanos que estaban participando en el decanato del occidente de Huehuetenango.

El arzobispo animó a los hermanos a reconocerse pecadores, para ser capaces de abrirse al don precioso del Espíritu Santo, que viene a dar la vida eterna.

Seguidamente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, la cual fue concelebrada por el Padre Santos Acosta, párroco local.

El arzobispo recordó que se celebraba a San Lucas Evangelista e invitó a los hermanos a que, a través de la comunión con los divinos misterios, para ser hechos partícipes de la vida eterna.

Después del mediodía, el arzobispo presidió una reunión con miembros del consejo de la comunidad central de Concepción Huista, que está afrontando algunos problemas.

Se dialogó acerca de la necesidad de emprender procesos de reconciliación, para trabajar en forma armoniosa y, de esa manera, prepararse para que, en un futuro, puedan llegar a ser constituidos en parroquia.

Después del mediodía, el arzobispo también presidió una reunión con los miembros del consejo pastoral de la parroquia de Cristo Rey, de Jacaltenango y Concepción Huista.

El arzobispo les escuchó y, luego, les recomendó cuáles deben ser las actitudes fundamentales con las que hay que ejercer el liderazgo, para permitir la unidad y el crecimiento de las comunidades.

El martes 18, por la noche, el arzobispo presidió la celebración de la liturgia de la reconciliación con hermanos de la comunidad central San Vicente Paúl de Jacaltenango.

Los hermanos participaron con mucha devoción en el proceso de reconocerse pecadores y abrirse, para recibir la efusión del Espíritu Santo y, con ello, el perdón de los pecados.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, se administró la confirmación de la crismación y el envío misionero a dos hermanas de la comunidad central de Jacaltenango.

El arzobispo explicó cuál es la especificidad de la celebración y cuáles son los compromisos que se esperan de quien, en forma consciente es confirmado en la crismación.

La actividad pastoral del arzobispo en Jacaltenango, culminó con la celebración de la divina liturgia, en la cual concelebró el párroco local, padre Santos Acosta.

El arzobispo animó a los hermanos, con ocasión de la fiesta del Evangelista San Lucas, a descubrir los aspectos concretos del ser discípulos del Señor y a ponerlos en prática, para poder ser testigos válidos del Evangelio.