El sábado 29 de octubre, por la mañana, acompañado del padre Hugo Patzán, párroco local, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Santa EulaliaLa Pimienta del municipio de Chajul.

Se trató de la segunda visita a esa comunidad. La primera se había celebrado hace más de quince años y el arzobispo había tenido que llegar, después de caminar durante varias horas entre el lodo. Ahora hay una carretera construida para llegar.

Durante la homilía, el arzobispo recordó a los hermanos que, para participar como renovación en el Espíritu Santo, es necesario primero que se esté dispuestos a renunciar a la propia vida.

Por lo mismo, invitó a los hermanos a entrar en oración, reconociéndose pecadores y clamando del Señor, el don de que sea Él quien viva en el corazón de cada fiel.

La visita concluyó con la celebración de la divina liturgia para los hermanos de la comunidad, presidida por el arzobispo y concelebrada por el padre Hugo.

El arzobispo recordó a los hermanos la urgencia de que todos estén preparados para poder recibir los divinos misterios y les animó a seguir los procesos necesarios para poder hacerlo.

El mismo sábado 29, antes del medio día, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Nueva América, del municipio de Nebaj, El Quiché, acompañado por el padre Hugo.

La visita comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los hermanos que estuvieron dispuestos a reconocerse pecadores y clamar al Señor la efusión del Espíritu Santo.

También dentro del marco de la visita a Nueva América, fueron presentado al arzobispo los niños Omar y Francisco, para que se les administraran los sacramentos de la iniciación cristiana.

Después de explicar cuáles son las gracias y los compromisos que se reciben al recibir los sacramentos de la iniciación cristiana, el arzobispo procedió a administrarlos.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgicas en la comunidd de Nueva América, del municipio de Nebaj, también se administró la confirmación y el envío misionero a Diego y a Laura.

El arzobispo recibió de los confirmados el compromiso de que harán todo lo que esté a su alcance, para ser auténticos testigos del Evangelio, ante todo, viviéndolo ellos mismos.

La niña Cecilia fue también presentada al arzobispo para que se le administrara la reconciliación y pudiera recibir la comunión solemne.

El arzobispo explicó, tanto a la niña como a los fieles el sentido de esta celebración y los compromisos que se asumen a nivel personal, al participar de una manera consciente en los divinos misterios.

El hermano Federico, de la comunidad de Nueva América, Nebal, fue presentado al arzobispo por el padre Hugo, para ser instituido como ministro para la distribución de la comunión.

El arzobispo consultó con la comunidad local, la cual ratificó la elección y la aceptación del nuevo candidato como ministro para la distribución de la comunión de la comunidad local.

Poco después del medio día, el arzobispo concluyó la visita a la comunidad de Nueva América, con la celebración de la divina liturgia, concelebrada por el Padre Huego.

El arzobispo, también en este caso, recordó a los hermanos cómo, el sentido de la celebración eucarística es la participación de todo el pueblo de Dios en el banquete eucarístico, para garantizar el crecimiento en la vida eterna.

El día 29 de octubre, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad Villa Linda Yulá San Juan, del municipio de Santa Cruz Barillas, para realizar su primera visita.

Los hermanos expresaron su alegría por la presencia del arzobispo y participaron con gran atención y devoción en todas las celebraciones que se realizaron.

El arzobispo invitó a todos los hermanos presentes a entrar en oración profunda, para implorar del Señor la gracia de ser renovados con la presencia de la Palabra hecha carne sacramentalmente.

Los hermanos imploraron del Señor no solamente la gracia espiritual de poder participar en los divinos misterios, sino además, la capacidad de dar testimonio del Evangelio a todos y en todas partes.

La actividad pastoral del arzobispo el sábado 29 de octubre, concluyó con la celebración de la divina liturgia con los hermanos de la comunidad de Villa Linda.

El arzobispo felicitó a los hermanos por los esfuerzos que hacen para que todos los aspectos de la liturgia, especialmente la música sagrada, se cumplan con fidelidad y espíritu que mueve a la oración