El lunes 31 de octubre, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia de Santa Eulalia, de Huehuetenango, para presidir el decanato del centro de Huehuetenango.

En el mismo, participan las parroquias Santa María de Guadalupe, Soloma, Santa Eulalia, San José Quixabaj, Santos Arcángeles de San Rafael la Independencia y San Miguel Acatán.

El arzobispo impartió formación acerca de la misión que el Señor ha confiado a la Iglesia, haciendo énfasis en la urgencia de tratar de vivir activamente la vida en el Espíritu Santo.

Al final, varios hermanos compartieron opiniones, tanto sobre el contenido de la formación, como sobre otros temas relacionados con la vida de las comunidades.

Finalmente, los presidentes de los consejos pastorales de cada una de las cinco parroquias involucradas en el decanato, rindieron un breve informe pastoral.

El Padre Bernabé, párroco de la parroquia de San José también intervino, expresando cuál es la actitud que se debe tomar, cuando se reciben hermanos que regresan a la comunión eclesial.

El mismo día 31 de octubre, hacia el mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Quixic, de San Miguel Acatán, pero parte de la parroquia de los Santos Arcángeles.

La visita comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los hermanos que, con espíritu humilde, confesaron sus pecados.

Después de la homilía, fueron presentados al arzobispo tres hermanos de la comunidad de Quixic, quienes habían sido preparados para ser instituidos como ministros de la comunión.

Después de explicar cuál es el sentido del ministerio de distribución de la comunión, el arzobispo procedió a la institución de los mismos y los padres Julio y José Luis, párrocos de San Rafael y San Miguel, respectivamente, oraron por ellos.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para los hermanos de la comunidad de Quixic, habiendo concelebrado los padres Julio y José Luis.

El arzobispo animó a los hermanos a centrar su vida espiritual en torno al sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor, por ser la fuente que alimenta en la vida eterna.

El mismo 31 de octubre, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la sede central de la parroquia de San Miguel Arcángel, San Miguel Acatán, para hacer la visita pastoral.

En esta ocasión, los hermanos celebraban el segundo aniversario de creación de la parroquia, así como otra serie de eventos que habían sido esmeradamente preparados.

Después de la homilía, el arzobispo administró la confirmación y confirió el envío misioneroa 24 hermanos, procedentes de las diferentes comunidades de la parroquia.

La mayoría de los confirmados tienen ministerios dentro de las comunidades, ante lo cual, el arzobispo expresó su confianza de que se dará una auténtica renovación en el impulso misionero de la parroquia.

El párroco, padre José Luis, presentó al arzobispo a tres hermanos, debidamente preparados, para que fueran instituidos como ministros para la distribución de la comunión en diferentes comunidades de la parroquia.

El arzobispo recordó cuáles son las responsabilidades del ministro, no solamente desde el punto de vista del ministerio que ejercen, sino también del estilo de vida que deben conducir.

La visita pastoral del arzobispo concluyó con la celebración de la divina liturgia en la sede de la parroquia de San Miguel Arcángel, San Miguel Acatán.

El padre José Luis concelebró con el arzobispo y los hermanos participaron en la comunión de forma muy devota y casi generalizada.