El jueves 2 de diciembre, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Guaymango, Ahuachapán, El Salvador, para realizar la visita pastoral.

Se disculpó el arzobispo, porque debido a la pandemia no había podido visitar la comunidad, y seguidamente, impartió formación sobre el sentido de la iglesia.

La actividad litúrgica en la comunidad de Guaymango, comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a quienes lo necesitaban.

Después de invitar al arrepentimiento y la conversión, administró el sacramento el arzobispo y, seguidamente se hicieron las lecturas de la Sagrada Escritura.

El Padre Edwin, párroco local, preparó un grupo de once hermanos, procedentes de Nahuzalco y Guaymango, para recibir la confirmación y el envío misionero.

Después de explicar a los confirmandos lo que seginifica y los compromisos que genera la confirmación, el arzobispo administró la unción e hizo los ritos establecidos.

También en el contexto de las celebraciones litúrgicas, se hizo la renovación de los ministros de la comunión y la institución de nuesvos ministros.

Se renovaron dos ministros de la comunidad de Guaymango y fueron instituidos tres nuevos. Uno para Guaymango y los otros dos para Nahuizalco.

Como es la práctica normal de la Arquidiócesis de Centroamérica, cada año se tiene que hacer la renovación de todos los encargos ministeriales.

Debido a que desde hacía tres años el arzobispo no visitaba la misión de El Salvador, en esta ocasión también se renovó la bendición a los hermanos que ejercen el ministerio de lectores.

La visita a Guaymando concluyó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y concelebrada por los padres Edwin, párroco local y Ángel Cáseres, quien acompañaba al arzobispo.

El arzobispo exhortó a los hermanos a la participación continuada en la comunión con el Cuerpo y la Sangre del Señor, como método, por excelencia, para el crecimiento cristiano.

El mismo jueves 22, por la tarde, en la sede de la parroquia de Ahuachapán, El Salvador, el arzobispo realizó la visita pastoral, la cual, se había postergado por tres años debido a la pandemia. La última vez que el arzobispo había visitado la parroquia fue con Su Santidad El Patriarca.

La actividad dio inicio con una breve formación, dirigida a todos los miembros de la parroquia. La misma abordó cuestiones relacionadas con el misterio de la Iglesia.

Después de la formación, el arzobispo administró el sacramento de la reconciliación a todos los hermanos que, humildemente confesaron sus pecados.

El arzobispo impartió la absolución, después de hacer la invocación del Espíritu Santo.

El Padre Edwin, párroco local, preparó a 17 hermanos para que fueran confirmados y recibieran el envío misionero, con la finalidad de que, más hermanos se involucren en la acción misionera.

El arzobispo explicó cuáles serán los compromisos específicos que se deberán asumir y cuáles son los dones que son confirmados a través de la unción que se administra.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, se hizo la renovación e institución de ministros extraordinarios para la distribución de la comunión.

Se instituyeron ministros para la sede central parroquial y para las comunidades vecinas que tienen como punto de referencia la sede parroquial.

También se hizo la renovación de la bendición de los lectores de la sede parroquial y de las comunidades que le son vecinas y tienen como punto de referencia la sede parroquial.

El arzobispo animó a los hermanos a tomar conciencia de que el ministerio de lector, para ejercerlo con fidelidad, requiere que se viva en una continua contemplación de la presencia de la Palabra hecha Carne, que habita en cada creyente.

Seguidamente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, la cual fue concelebrada por los padres Edwin, párroco local y Ángel Cáseres, quien acompañaba al arzobispo.

Los fieles participaron en la comunión eucarística en gran número y con mucha devoción.

Al final de todas las actividades, el padre Edwin llamó a todos los miembros del Consejo Pastoral nuevo, para ser presentados ante el arzobispo.

El arzobispo oró por ellos y les recordó algunos aspectos de la actitud con la que deben vivir y de la misión que el Señor les confía al ser miembros del Consejo Pastoral

Su Santidad el Patriarca, con ocasión de la Navidad del año 2023, ha publicado un mensaje de Navidad y Año Nuevo, el cual, sin embargo, ha sido, hasta el momento, únicamente publicado en idioma árabe.

Nos ha sido concedida una traducción del mismo, para que, haciendo la correspondiente traducción al castellano, lo pudieramos publicar para todos los fieles de la Arquidiócesis de Centroamérica.

A continuación se encuentra el texto del documento y, seguidamente, un acceso para poder leerlo en versión PDF

Navidad 2022

Amados Hijos en Cristo,
Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes.

“Dios mostró su amor hacia nosotros al enviar a su Hijo único al mundo para que tengamos vida por él.” (1 Juan 4: 9)

Ahora, que nos acercamos a la celebración de las fiestas del fin de año, muchos están atareados en los preparativos, haciendo los arreglos necesarios para celebrarlas, cada quien, de acuerdo a sus posibilidades. Estos preparativos incluyen la compra de ropa nueva, la elaboración de hermosas decoraciones y los regalos que intercambiamos. De hecho, de trata de la época del año en la que celebramos la Navidad, que es una fiesta de alegría y esperanza.
La Navidad es una ocasión para recordar la gran obra que Dios ha realizado, es decir, la encarnación de su Hijo unigénito, para la salvación de la humanidad. Nos alegramos porque es la manifestación del amor de Dios, que se muestra al enviar a su Hijo único al mundo para que participemos de su misma vida, como escribió el Apóstol San Juan (cf. 1 Juan 4, 9).
En el comentario sobre el evangelio de San Mateo, San Filoxeno de Mabbug explica por qué se da la Encarnación, diciendo: “El que fue engendrado antes del tiempo, se hizo hombre al final de los tiempos, para que, de esta manera, la creación pudiera unirse al Creador”.
Preparémonos para recibir a Cristo en nuestro corazón, de manera que se haga realidad lo que celebramos en Navidad, proclamando la esperanza y la salvación a todos. La mejor manera de celebrarla es ayudando a los pobres a sentir el calor de la Navidad. Dando de comer a los que tienen hambre para que sean saciados con las abundantes gracias del Dios Encarnado. Visitando a los forasteros, para que se sientan amados y aceptados. Ayudando a las viudas, cuidando a los huérfanos, confortando a los que están afligidos, para que se regocijen en el Divino Niño. De manera que sus corazones se llenen de alegría y sus ojos brillen de esperanza.
Preparemos nuestro corazón para que se convierta en un pesebre acogedor, en el que Cristo pueda nacer en esta Navidad. Compartamos lo que tenemos con los necesitados y celebremos con inmenso gozo que Dios está con nosotros (Emanuel). Esta es la alegría que no se puede comprar con dinero ni se puede dar con regalos; es la alegría que experimenta el corazón de quien está lleno de la dulzura de Cristo, buena noticia, esperanza y paz interior.
Nuestros países del Medio Oriente –y, de hecho, de todo el mundo–, están sufriendo por causa de las guerras y la violencia, del miedo y la ansiedad, de las dificultades y las crisis; sin embargo, la celebración del nacimiento de Cristo, Rey de la paz, es una ocasión para mirar más allá de los acontecimientos del mundo y contemplar lo divino. Pues, es de Cristo, enviado por el Padre y constituido en luz del mundo, de quien recibimos la paz que el mundo no puede darnos.
Amados hermanos, les ofrecemos nuestras oraciones y les deseamos lo mejor en esta Navidad y durante el Año Nuevo 2023. Le pedimos al Señor que los bendiga y que permita que nuestro gozo sea pleno, para que nuestros corazones se llenen de alegría, de paz y de esperanza.

Feliz navidad y próspero año nuevo.

Con ocasión de la celebración de la Navidad y el Año Nuevo, Mor Santiago Eduardo envió una carta de felicitación en nombre propio, del presbiterio y de los fieles de la Arquidiócesis a Su Santidad el Patriarca Ignacio Efrén II, al igual que a todos los miembros del Santo Sínodo de Antioquía.

En respuesta, su Santidad ha enviado el siguiente mensaje al arzobispo, al presbiterio y a todos los fieles de nuestra arquidiócesis, el cual publicamos en castellano y en inglés.

N° EN 462/22                                                                                                                   Navidad 2022

Su Eminencia Mor Santiago Eduardo Aguirre
Arzobispo de Centroamérica

“El que fue engendrado antes del tiempo, se hizo hombre al final de los tiempos, para que, de esta manera, la creación pudiera unirse al Creador”.
(San Filoxeno de Mabbug)

Su Eminencia, querido hermano en Cristo,

Al celebrar la Fiesta de la Navidad, preparamos nuestros corazones para que sean colmados por la presencia del Divino Niño.
Nuestros países del Medio Oriente y, de todo el mundo, están sufriendo por causa de las guerras y la violencia, del miedo y la ansiedad, de las dificultades y las crisis; sin embargo, la celebración del nacimiento de Cristo, Rey de la paz, es una ocasión para mirar más allá de los acontecimientos del mundo y contemplar lo divino. Pues, es de Cristo, enviado por el Padre y constituido en luz del mundo, de quien recibimos la paz que el mundo no puede darnos.
Felicitamos a Su Eminencia, al presbiterio y a los fieles de la Arquidiócesis de Centroamérica deseándoles todo lo mejor en esta Navidad y en el Año Nuevo 2023. Pedimos al Señor que llene todos los corazones de alegría, paz y esperanza.
Feliz navidad y próspero año nuevo.

Ignacio Efrén II
Patriarca de Antioquía y Todo el Oriente

El domingo 25 de diciembre, solemnidad de la Navidad, el arzobispo llegó, por la mañana, hasta la Catedral de San Juan Bautista de Comalapa, Chimaltenango, para celebrar la liturgia con los hermanos.

La celebración comenzó con la lectura de la Sagrada Escritura, referente al misterio de la encarnación y nacimiento del Señor. El arzobispo recordó a los hermanos, que el sentido de la Navidad Cristiana consiste en la continuada manifestación del misterio de la encarnación en la vida de los fieles y de la Iglesia.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, como es tradición en la catedral, fueron presentados tres hermanos, para ser instituidos como ministros para la distribución de la comunión.

El arzobispo recordó cuáles son las actitudes necesarias que se deben asumir para cumplir con fidelidad el ministerio y procedió a la ceremonia de institución.

Después de dos años de servicio, quienes han fungido como miembros del Consejo Pastoral de la parroquia de la Catedral, concluirán el tiempo para el que fueron elegidos.

Por lo mismo, el arzobispo les invitó a presentarse, para agradecer su servicio y para orar sobre ellos, pidiendo al Señor que les sostenga y se mantengan fieles en su trabajo dentro de la iglesia.

También estaban participando en la celebración litúrgica miembros del nuevo consejo pastoral de la catedral, que asumirán el cargo con el comienzo del año.

Por lo mismo, el arzobispo también les invitó para que se acercaran, se orara por ellos y fueran fortalecidos con los dones del Espíritu Santo, para cumplir el encargo que se les confiará.

Las actividades del arzobispo en Comalapa, culminaron con la celebración de la divina liturgia de la Natividad del Señor. Concelebraron con el arzobispo los padres Francisco y Eliseo.

El arzobispo reiteradamente recordó que el sentido de la Navidad se actualiza en el misterio de la Eucaristía, pues, en los divinos misterios, se hace presente el mismo misterio en la encarnación de la Palabra eterna de Dios.

El mismo día domingo 25 de diciembre, al caer el día, el arzobispo, en la ciudad de Huehuetenango, presidió la liturgia de la reconciliación, con un grupo de hermanos de Soloma, que estaba presentes en Huehuetenango.

El arzobispo animó a los hermanos a confesar con humildad sus pecados y, seguidamente, les administró la abosolución.

La actividad litúrgica del arzobispo continuó con la celebración de la divina liturgia, que fue presidida por él.

Recordó que, a través de los divinos misterios, es como el misterio de la encarnación de la Palabra de Dios se prolonga en la Iglesia, para que, a través de los sacramentos, se comunique la vida divina.

Finalmente, el arzobispo procedió a hacer la bendición de un edificio/residencia que el Hermano Martín Martínez, ha construido en el centro de Huehuetenango.

Se agradeció al Señor por los dones recibidos y se imploró de Él su presencia, para que en el lugar, se manifieste la fuerza viva del Evangelio y el amor que el Señor comunicó a los apóstoles.

El lunes 26 de diciembre, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia Cristo Rey de Jacaltenango, para presidir la celebración del decanato del occidente de Huehuetenango.

Se contó con la participación del párroco local, padre Santos Acosta y con fieles de la parroquia Cristo Rey y de Centro Pastoral de Petatán de Huehuetenango

Después de la formación, que giró en torno al tema del Reino de los cielos, se plantearon algunas cuestiones al arzobispo, sobre temas de interés y actualidad.

Específicamente se habló acerca de la participación en la contienda política y de la forma en que debe asumirse e interpretarse la participación en las actividades cívicas.

Después del decanato, el arzobispo presidió la celebración de la liturgia de la reconciliación, para todos los hermanos que sintieron la necesidad de participar en la misma.

El arzobispo exhortó al reconocimiento de sí mismo como pecador, para poder abrir la existencia a la acción misericordiosa de Dios y a la llegada del Reino de Dios.

A la luz de las reflexiones que el arzobispo compartió durante la homilía, se invitó a los fieles a implorar del Señor la gracia de asumir una actitud similar a la del protomártir San Esteban.

Los hermanos entraron en un tiempo en el que clamaro del Señor el don de la renuncia a sí mismos, para poder recibir el don del Espíritu y la presencia del Reino de Dios.

Dentro del contexto de las celebraciones litúrgicas, fue presentada la hermana Ana, para recibir la confirmación de la crismación y el envío misionero.

El arzobispo recordó cuáles son los compromisos que se adquieren por la unción con el santo crisma y, luego procedió a administrar la confirmación.

La actividad pastoral en la sede parroquial de Jacaltenango culminó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y concelebrada por el padre Santos Acosta, párroco local.

Los hermanos participaron en una manera muy numerosa en la comunión sacramental, conscientes de que es el medio por el que se va creciendo en la presencia del Reino de Dios dentro de sí.

El mismo lunes 26 de diciembre, por la tarde, el arzobispo visitó la comunidad de Concepción Huista de Huehuetenango, acompañado por el párroco local, Padre Santos Acosta.

El arzobispo saludó a los hermanos y, luego cuando comenzaron las celebraciones litúrgicas, se administró el sacramento de la reconciiación a quienes acudieron a recibirlo.

Durante la homilía, el arzobispo presentó la figura de San Esteban, como modelo de la entrega que el Señor espera de cada creyente, para poder dar testimonio del Evangelio.

A la luz de la reflexión, se invitó a los hermanos a suplicar del Señor, la gracia de la entrega total, para que llenos de la sabiduría que viene del Espíritu Santo, se pueda dar testimonio del Evangelio.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, en la comunidad de Concepción Huista, Huehuetenango, en la cual concelebró el padre Santos Acosta, párroco local.

El arzobispo animó a los hermanos a profundizar ininterrumpidamente en el sentido de la eucaristía, como medio por el que el Reino de Dios se mantiene presente y va creciendo en la vida de cada creyente.