El domingo 26 de febrero, depués del mediodía, el arzobispo, acompañado por el padre José Raúl López, llegó hasta la sede de la parroquia de San Ingacio de Antioquía, Colotenango.

Se realizó una breve visita pastoral, la cual comenzó con un tiempo de formación para los hermanos, acerca del Reino de Dios y sus implicaciones en la vida personal.

Después de la formación, los participantes tuvieron el tiempo para poder plantear preguntas, así como compartir reflexiones y testimonios a los demás.

Se dialogó, especialmente acerca del sentido que tiene la vida litúrgica y la formación, dentro de los procesos de crecimiento de las comunidades.

Los representantes de cada una de las comunidades que participaron en la formación, rindieron informes de la situación pastoral de sus respectivas comunidades.

Al final, también el padre José Raúl intervino, señalando tanto fallas como logros que se han tenido en la parroquia en los últimos meses, desde que se celebró la última visita.

La actividad litúrgica comenzó con la administración de la reconciliación a todos los hermanos que estaban preparados para recibirla, en la asamblea litúrgica.

El arzobispo exhortó al arrepentimiento, y, seguidamente, se comenzó a orar y se culminó reconociéndose pecadores y recibiendo la absolución.

El padre José había preparado cuidadosamente un grupo de hermanos que se presentaron para que, ellos o sus niños recibieran los sacramento de la iniciación cristiana.

El arzobispo recordó cuáles son las bendiciones que se reciben, especialmente al administrar los sacramentos y cuáles los compromisos que se asumen.

También, en el marco de las celebraciones litúrgicas, una niña, que había sido debidamente preparada, se presentó para hacer la primera reconciliación y la comunión solemne.

El arzobispo recordó el sentido profundo del ministerio que se celebra y oró por la niña, para que la vida eterna que se le comunica en el sacramento se mantenga.

De acuerdo a la praxis que se tiene en la arquidiócesis, de renovar cada año el encargo a los ministros que ayudan a la distribución de la comunión, se hizo la ceremonia para los ministros de la parroquia de San Ignacio de Antioquía.

El arzobispo recordó a los ministros cuáles son sus compromisos y, luego, después de que ellos expresaron su decisión de cumplirlos fieles, procedió a la renovación de la institución.

La actividad culminó con la clebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo y concelebrada por el Padre José Raúl López, párroco local.

Los hermanos participaron con mucho provecho y, la gran mayoría, estaba preparada para acercarse a comulgar con los divinos misterios, que dan la vida eterna.

El martes 28 de febrero, por la noche, en el Seminario Santa María del Nuevo Éxodo, San Lucas Sacatepéquez, el arzobispo presidió la celebración de la liturgia de las Sagradas Escrituras.

Durante la homilía, el arzobispo explicó en qué consiste el sentido genuino de la oración cristiana y del perdón que se debe dar, para recibir el don divino.

También, dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, con la participación de los seminaristas.

Concelebraron en la liturgia los padres Luis Uyoa y Ángel Cáseres, miembros del equipo de formación del seminario, en donde se estaba celebrándose.

El el momento establecido por el ritual, se llevó a cabo la bendición de dos ánforass conteniendo el aceite de oliva perfumado con aromas sanadores como el eucalipto

El arzobispo invocó el don del Espíritu Santo para que quedara bendecido como óleo santo, para dar la sanación a los enfermos, y fortalecer a los débiles.

Antes de impartir la bendición final, es decir, de concluir la divina liturgia, se celebró la bendición del óleo de los catecúmenos, para uso en la Arquidiócesis de Centroamérica durante el año 2023.

Después de invocar el Espíritu Santo, suplicando que el óleo quedara bendecido, se hizo la presentación del ánfora conteniendo el óleo de los enfermos.