El sábado 1 de abril, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia Buen Pastor de Amparo Agua Tinta, Margaritas, Chiapas, México, para presidir el decanato de la zona.

Se contó con la participación de los padres José Alfredo y Francisco Diego, responsables pastoralmente de la zona de Chiapas, así como con un buen número de fieles.

Después de la formación impartida por el arzobispo, los hermanos tuvieron la oportunidad de pronunciarse, tanto antes dudas como cuando se trataba de compartir experiencias propias.

Los hermanos participaron con sincera atención y eso quedó demostrado en las preguntas y comentario que hicieron.

La parte de reuníón culminó con la presentación que hicieron de parte de la parroquia y del centro pastoral, involucrados, tanto los presidentes de las consejos como los presbíteros.

Se subrayaron los logros y quedó manifiesta la necesidad urgente de trabajar con mayor espíritu misionero.

Debido a que el domingo de ramos el arzobispo celebrará la liturgia en Nentón, Guatemala, se prepararon palmas para que fueran bendecidas, en recuero a la entrada del Señor a Jerusal´ne.

El arzobispo explicó el sentido del rito y animó a que fuera expresión del compromiso de ser auténticos discípulos del Señor.

Las actividades específicamente litúrgicas comenzaron con la administración del sacramento de la reconciliación para todos los que acudieron al mismo.

El arzobispo animó a los hermanos al arrepentimiento, al reconocerse pecadores y a emprender el camino de conversión, para recibir con proveco el sacramento.

Con ocasión de la visita, el padre Francisco preparó a los esposos Octavio y Estela, de la zona conocida como Nuevo Mundo El Naranjal, para recibir la confirmación de la crismación y el envío misionero.

El arzobispo les recordó los frutos que se espera que produzcan, como líderes en su comunidad y administró la unción con el santo crisma.

También, con ocasión de la visita del arzobispo a la parroquia Buen Pastor, se hizo la renovación del encargo a los ministros extraordinarios para la distribución de la comunión.

El arzobispo les animó a vivir en continua actitud de conversión para que, con su testimonio ayuden a los fieles que participen en la comunión con los divinos misterios.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos que habían participado en el decanato en la parroquia Buen Pastor.

Con el arzobispo concelebraron los padres José Alfredo Hernández y Francisco Diego.

El mismo primero de abril, solamente que por la tarde, el arzobispo hizo la primera visita a la nueva comunidad de El Corralito, Tzimo, Chiapas.

Los hermanos le recibieron con gran alegría y participaron con mucha devoción en la liturgia de reconciliación.

Después de la homilía, el arzobispo animó a los hermanos a ponerse en oración, para asumir las actitudes necesarias para recibir el Reino de Dios.

Los hermanos, con alegría y profunda devoción, se pusieron en oración intensa.

Con ocasión de la visita del arzobispo a la comunidad de El Corralito tres hermanos de la comunidad fueron preparados para recibir la confirmación de la crismación y el envío misionero.

Se trata del hermano Domingo, líder de la comunidad, de su esposa Raymunda y de su hija Angelina.

El momento culminante de la visita lo constituyó la celebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo y concelebrada por el padre José Alfredo.

Se enfatizó en que el centro de toda la vida cristiana y de la renovación en el Espíritu Santo lo constituye el sacramento del Cuerpo y de la Sangre del Señor.

Al final de las celebraciones litúrgicas, el arzobispo dedicó algunos momentos para encontrarse con los hermanos de la comunidad que estaban participando en la divina liturgia.

Los hermanos agradecieron al arzobispo su visita.

Antes de partir, el arzobispo, por invitación de los hermanos de la comunidad, visitó el lugar en donde están construyendo el templo para la comunidad.

El arzobispo oró, bendijo el lugar al igual que los trabajos que se están haciendo.

El domingo de ramos, 2 de abril, el arzobispo presidió la celebración de la bendición de ramos y la procesión hacia el templo en la parroquia Renovación Carismática de Antioquía, Guaxacaná, Nentón.

Después de hacer la oración correspondiente, servidores de la parroquia local y de la parroquia San Ignacio de Antioquía de Tzisbaj, emprendieron el camino del templo.

Después de concluir la procesión de los ramos, dio inicio la celebración litúrgica, con la administración del sacramento de la reconciliación para quienes se prepararon a recibirlo.

El arzobispo exhortó a los hermanos al arrepentimiento y a reconocer al Señor como el auténtico dueño de sus vida, para recibir el Espíritu y dar autenticidad a las celebraciones.

Dentro del marco de las celebraciones, el padre Francisco Pastrana, párroco local, preparó a la hermana Magdalena, para que recibiera los sacramentos de la iniciación cristiana.

La hermana, vive en Nueva Catarina, Jacaltenango, que es parte de la parroquia local y, hace poco tiempo se convirtió e ingresó a la iglesia, culminando su entrega con la recepción de los sacramentos de la iniciación cristiana.

También, dentro del marco de las celebraciones que se hacen en torno a la Pascua, se hizo la renovación de la institución de todos los ministros de la comunión del área.

El arzobispo insistió en la necesidad de que, cada año, los ministros sean elegidos por la comunidad, como símbolo de que están al servicio de la misma.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, con los hermanos que estaban participando en las celebraciones litúrgicas del domingo de ramos.

Concelebraron con el arzobispo los padres Francisco Pastrana, párroco local, Paulino Bizarro, párroco de la parroquia de San Ignacio de Antioquía y José Alfredo Hernández, párroco en la zona de Chiapas.

Después de las celebraciones litúrgicas, el arzobispo presidió la celebración del decanato del nor-occidente de Huehuetenango, en la sede parroquial de Guaxacaná.

El arzobispo explicó el sentido por el que el presbítero tiene que estar ligado estrictamente a la parroquia en la que ejerce el ministerio e impartió formación a los hermanos.

Después de la formación, se abrió la posibilidad de participar en el diálogo, para expresar puntos de vista y clarificar posibles dudas entre los participantes en el decanto.

Se habló acerca de la importancia de la renovación de los ministros; de cuál debe ser la actitud con la que se vivan y ejerzan los diversos ministerios, especialmente el ministerio ordenado y de otros temas de interés.

Las actividades de la sede parroquial de Guaxacaná concluyeron con el informe pastoral que rindieron los presidentes de los dos consejos pastorales y los presbíteros asignados a ejercer el ministerio en la zona.

En general, se hizo énfasis en el compromiso que se tiene. El arzobispo animó a los hermanos a tomar conciencia de los cambios de cultura y mentalidad que se tienen, para ser capaces de responder a los nuevos desafíos.

El mismo domingo 2 de abril, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Lupinah, en Jacaltenango, para iniciar la visita pastoral a esa parroquia.

El padre Santos, párroco local y numerosos hermanos, esperaron al arzobispo en el lugar desde el cual se hizo la bendición de los ramos y se caminó hacia el templo de la comunidad.

Una vez llegados al templo, las celebraciones litúrgicas comenzaron con la administración del sacramento de la reconciliación a los hermanos que estaban presentes.

Se invitó al arrepentimiento y a la conversión. Los hermanos se confesaron pecadores y, seguidamente, se procedió a invocar el Espíritu Santo para el perdón de los pecados.

También en el contexto de la visita a Lupinaj, se preparó a ocho hermanos para recibir la confirmación de la crismación y el envío misionero. Se trata de: Josué, Josep Eduardo, Matías, Emily, Yesennia, Ramón, Juan Carlos y Osmar.

El arzobispo les recordó cuál es el don que se confirma y cuáles son los compromisos que se asumen. Seguidamente, se procedió a administrar la confirmación.

Finalmente, se celebró la divina liturgia. El Padre Santos Acosta, párroco local, concelebró con el arzobispo.

Los hermanos participaron con profunda devoción y, al final la casi totalidad se acercó para comulgar con los divinos misterios que dan vida eterna.