El sábado 15 de julio, al caer el día, el arzobispo impartió formación para los fieles de la parroquia San Miguel Arcángel, que se habían reunido para su asamblea semanal.

El arzobispo explicó lo que implica ser miembro de la iglesia, madre de todas las iglesias y los compromisos de conversión continua que se deben asumir.

La celebración litúrgica comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a los hermanos que estaban participando en la asamblea parroquial.

El arzobispo animó a los hermanos a reconocerse humildemente pecadores, para recibir el don del Espíritu Santo.

Después de la homilía, en la que el arzobispo explicó cuál es el sentido de poner la confianza en Dios y cuáles son las consecuencias que trae para la vida cotidiana, invitó a los hermanos a la oración.

Se oró intensamente y, al final, se intercambió el saludo de la paz y se hizo la profesión de la fe.

La actividad en la sede parroquial culminó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y con la participación del padre Jorge.

Los hermanos se acercaron, en gran número a recibir los divinos misterios, conscientes de la centralidad que esto tiene para la vida cristiana.

El mismo 15 de julio, bien entrada la noche, el arzobispo llegó hasta la comunidad El Pescador, para realizar la visita pastoral mensual.

Se inició con la administración del sacramento de la reconciliación, después de exhortar al reconocerse pecadores y a asumir una actitud de conversión.

A petición de los dirigentes de la comunidad El Pescador, después de la homilía, el arzobispo oró por los jóvenes de la comunidad.

Después de orar por ellos, les animó a comprometerse con fidelidad en la vida cristiana y en constituirse en testigos del Evangelio.

Finalmente el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, para los miembros de la comunidad El Pescador.

Los hermanos participaron con mucha devoción y, en buen número, se acercaron a comulgar con los divinos misterios.

El domingo 16 de julio, a media mañana, comenzaron las actividades litúrgicas en la parroquia de San Miguel Arcángel, East Rancho Domínguez, Los Ángeles.

Se inició administrando el sacramento de la reconciliación e invitando a los hermanos a que, a la luz de las lecturas bíblicas, asumieran el sentido que significa hablar de la Palabra de Dios, que baja del cielo y produce frutos.

Después de la homilía, el arzobispo invitó a los hermanos a implorar del Señor, para ellos y sus familias, de ser buena tierra en la que la Palabra de Dios produzca abundantes frutos.

Los hermanos oraron con devoción e intensidad y también pidieron por las necesidades de toda la parroquia.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a la niña Elianna Grace.

El arzobispo exhortó a la madre y a la madrina acerca de los compromisos que se asumían en cuanto al estilo de vída, para que el don de Dios pudiera producir abundantes frutos de vida eterna.

También, dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, el arzobispo hizo la presentación, ante el Señor de un niño que ha nacido hace poco tiempo.

También oró y bendijo a la familia del niño presentado y se les exhortó a perseveran en el camino de la fe y de la participación activa dentro de la vida de la iglesia.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para los hermanos de la parroquia que estaban participando en las actividades litúrgicas.

El arzobispo, al relacionar el sacramento que se celebra con las lecturas, animó a los hermanos a tomar conciencia de que, cada vez que se comulga, la Palabra viva de Dios hecha carne es la que se recibe, para tener la vida eterna.

El domingo 16 de julio, al caer el día, el arzobispo llegó hasta la comunidad Santa María de Guadalupe de Riverside, para encontrarse con la comunidad local.

Se comenzó con un tiempo de formación, acerca de la identidad de la Iglesia y la actitud de conversión que es indispensable para ser parte viva de la iglesia.

La celebración litúrgica comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los que, humildemente, se confesaron pecadores.

Seguidamente, a la luz de las lecturas bíblicas, se invitó a los hermanos a estar dispuestos a cumplir la voluntad del Señor, para poder dar frutos en el Espíritu Santo.

A la luz de la homilía, el arzobispo invitó a los fieles a ponerse en oración para implorar del Señor la gracia de acoger la llamada que hace el Señor y el don que regala, con actitud de apertura y disponibilidad total.

Los hermanos oraron intensamente por las necesidades personales, familiares y las de la comunidad.

La actividad en la comunidad de Riverside culminó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo.

El arzobispo animó a los hermanos a mantener siempre la disponibilidad de dejarse transformar interiormente, por la acción del Espíritu Santo que se recibe al recibir los divinos misterios.

El viernes 21 de julio, el arzobispo comenzó la gira del tercer decanato anual, en la sede de la parroquia Cristo Rey de Jacaltenango, Huehuetenango, que corresponde al decanato del occidente.

Participaron numerosos hermanos de la Parroquia Cristo Rey de Jacaltenango y del Centro Pastoral Sagrado Corazón de Petatán.

Después de la formación los hermanos tuvieron la oportunidad de plantear cuestiones, especialmente en torno a la formación.

Se dialogó acerca del sentido que tiene el pecado y el ser pecador, así como del futuro de la organización de la Arquidiócesis de Centroamérica.

Las celebraciones litúrgicas comenzaron con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los participantes en el decanato del occidente de Huehuetenango.

El arzobispo invitó al arrepentimiento y, seguidamente impartió la absolución a los hermanos que se habían confesado pecadores.

Después de la homilía, el arzobispo invitó a los hermanos a entrar en oración, para suplicar del Señor, la gracia de ser fieles en responder a la llamada a ser discípulos.

Los hermanos oraron con intensidad, reconociéndose pecadores y clamando al Señor su misericordia

Dentro del marco de la celebración de la divina liturgia, se administró la confirmación y el envío misionero a un hermano de la comunidad de Lupinah, que se ha renovadorecientemente.

El hermanos expresó su compromiso de perseverar en la comunidad con fidelidad.

También se contó con la participación de la mayoría de lectores de la parroquia de Jacaltenango y del Centro Pastoral de Petatán, para ser renovados en el encargo de lectores.

Previo a la renovación los presbíteros se eforzaron por hacer retiros e impartir formaciones para los lectores.

También se hizo la renovación de algunos de los catequistas de la parroquia Cristo Rey y el centro pastoral Sagrado Corazón.

El arzobispo recordó que la misión del catequista es preparar el camino para la llegada del Espíritu Santo en cada uno de los catequisados, pues Él es el único Maestro.

Por diversas circunstancias de algunas comunidades, también fue necesario instituir a cuatro ministros para la distribución de la comunión de diferentes comunidades.

El arzobispo recordó a los ministros cuál es su misión y la actitud de vida que les corresponde asumir.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia.

En la misma participaron como concelebrantes los padres Santos, José Manuel, Francisco Pastrana y Antoni Castro.

Los hermanos participaron con mucha devoción y provecho.

El mismo 21 de julio, después del mediodía, en la parroquia Cristo Rey de Jacaltenango, se celebró la primera reunión del decato presbiteral del occidente de Huehuetenango.

Participaron los padres Santos, José Manuel, Francisco Pastrana, Antonio Castro y el diácono Daniel Vargas. No pudo participar el Padre Paulino Bizarro.