El sábado 22 de julio, en la sede de la parroquia Jesús el Buen Pastora del Amparo Agua Tinta, Margaritas, Chiapas, el arzobispo presidió el decanato de Chiapas, México.

Participaron hermanos de la parroquia local y del centro pastoral de Comitán de Domínguez, así como los padre José Alfredo y Francisco Diego, encargados pastorales de Chiapas.

Después de la formación impartida por el arzobispo, los hermanos tuvieron tiempo para plantrear una serie de cuestiones y dudas que se tenían.

Se dialogó sobre el proceso y los tiempos de reestructuración de la Arquidiócesis, así como sobre una serie de cuestiones pastorales prácticas.

Los representantes de los sectores de la parroquia Jesús Buen Pastor y del Centro Pastoral de Comitán, presentaron un breve informe pastoral de los sectores.

También se informó acerca del proceso de formación de la personería jurídica de Chiapas, como entidad autónoma de la personería que tiene en México.

La liturgia comenzó con la administración de la reconciiliación a los participantes en el decanato de Chiapas.

El arzobispo invitó a reconocerse pecadores y ponerse en las manos de Dios, para recibir la efusión del Espíritu Santo y, con ello, el perdón de los pecados.

Después de la homilía, en torno a la figura de María Magdalena, el arzobispo invitó a los hermanos a clamar al Señor, para poder reconocerlo presente en la vida diaria.

Los hermanos oraron con intensidad y expresaron su sentido de renovación en el compromiso misionero.

Con ocasión de la visita del arzobispo, el padre Francisco Diego preparó a 17 hermanos de diferentes comunidades de la parroquia Jesús Buen Pastor, para recibir la confirmación y el envío misionero.

El arzobispo tomó de cada uno de los candidatos, el compromiso de trabajar como auténticos misionero del Señor.

También estuvieron presentes la mayoría de lectores de la parroquia Jesús Buen Pastor y del centro pastoral de Comitán de Domínguez, Chiapas.

Su presencia respondía a la exigencia de recibir una vez al año, la bendición para el ejercicio del ministerio de lectores.

También en el contexto de las celebraciones litúrgicas, se hizo la institución de cuatro ministros de distribución de la comunión de diferentes comunidades de Chiapas.

Se trata de alguno nuevo y, otros, de hermanos que, por diversas razones no pudieron hacer la renovación en la fecha que se había establecido para todos.

La actividad en el Amparo Agua Tinta culminó con la celebración de la divina liturgia.

La misma fue presidida por el arzobispo y concelebrada por los padres José Alfredo y Francisco Diego, así como por el padre Francisco Pastrana de Nentón.

Después del medio día, el arzobispo visitó, después de muchos años, la comunidad del Rancherío La Gloria, del municipio de Margaritas, Chiapas.

Los hermanos, con esfuerzo y ayudas recibidas, están logrando construir el templo de la comunidad y el arzobispo hizo la bendición de los trabajos realizados.

Después de la bendición de los trabajos de construcción, el arzobispo administró a los hermanos de la comunidad el sacramento de la reconciliación.

Los hermanos participaron con mucha devoción y humildemente arrepentidos de sus pecados.

Después de la homilía, los hermanos fueron invitados por el arzobispo a orar por las necesidades de cada miembro de la comunidad, así como por toda la comunidad.

Los hermanos acogieron con entusiasmo la invitación y oraron con intensidad.

La actividad del arzobispo en Chiapas culminó con la celebración de la divina liturgia con los hermanos de la comunidad La Gloria de Margaritas, Chiapas.

Los hermanos se acercaron en gran número a participar de la comunión con los divinos misterios.

El domingo 23 de julio, por la mañana, en la sede de la parroquia Renovación Carismática de Antioquía de Guaxacana, Nentón, se celebró el decanato del nor occidente de Huehuetenango.

Participaron delegados de las Parroquias de Nentón y la de San Ignacio de Antioquía de Tzisbaj, así como los padres párroco, Francisco Pastrana y Paulino, el diácono Daniel y el Padre José Alfredo.

Después de la formación en la que se explicó el sentido de la reestructuración de la Arquidiócesis y se habló del sentido del pecado y del ser pecadores, se inició intercambio de ideas.

Los hermanos indicaron la urgencia de que el estilo de vida y de relación en las comunidades refleje el sentido que se tenía en la Iglesia Apostólica.

Tanto los coordinadores como los presbíteros de las dos parroquia involucradas en el decanato presentaron el informe pastoral de las respectivas parroquias.

Se constató que, a pesar de las dificultades, se percibe crecimiento y profundización en la identidad.

La parte litúrgica comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación para todos los que participaban en el decanato del nor occidente de Huehuetenango.

Se invitó a reconocerse pecadores, al arrepentimiento y a la conversión y se administró la absolución.

Durante la homilía, el arzobispo hizo énfasis en la urgencia de dejarse transformar por el Espíritu Santo para poder agradar al Señor y cumplir su voluntad.

Por ello invitó a los hermanos a entrar en oración, para clamar la actitud de tener espíritu de pobre, para recibir el Reino de Dios.

Una hermana de la comunidad de La Trinidad llamada Rosa Andrea, fue presentada para que se le administrara la confirmación y el envío misionero.

Después de que asumió los compromisos inherentes a la confirmación, el arzobispo la administró.

Dentro del proceso de continuada renovación en la arquidiócesis, se hizo la bendición de los lectores de las dos parroquias que forman el decanato del nor occidente de Huehuetenango.

El arzobispo exhortó a los hermanos a ser fieles en el desempeño de su ministerio, tratando de hacer vida lo que proclaman.

Durante la semana santa, hubo algunos ministros de la comunión que quedaron pendientes de ser instituidos para el ministerio de distribución de la comunión.

Por ello, se hizo también la institución de los ministros que aún no habían sido instituidos.

Con el deseo de impulsar la renovación en todos los ámbitos de la vida de la iglesia, también se bendijo a los catequistas, predicadores y ministerios de oración.

El arzobispo junto a los presbíteros oraron para que el Señor les diera la capacidad a los elegidos de cumplir con fidelidad su ministerio.

Aunque será hasta el domingo 8 de octubre cuando se haga la bendición formal de los acólitos, dado que había muchos de ellos que habían llegado a participar en el decanato, se les hizo una primera bendición.

El arzobispo les animó a que, para tener la bendición formal, es necesario que participen en el decanato del 8 de octubre.

La actividad pastoral concluyó con la celebración de la divina liturgia para todos los participantes en el decanato del nor occidente de Huehuetenango.

Concelebraron con el arzobispo, quien presidió la divina liturgia, los padres Paulino, Francisco Pastrana y José Alfredo. Asistió con su ministerio el diácono Daniel.

El lunes 24 de julio, por la mañana, el arzobispo presidió el decanato del nor oriente de Huehuetenango, en la sede de la parroquia Glorificación de María, de Santa Cruz Barillas.

Se contó con la participación masiva de representantes de las diferentes comunidades.

Durante el diálogo, después de la formación, los hermanos expresaron su punto de vista sobre la forma de ser auténticos discípulos.

Se vivió un espíritu de recogimiento y de oración.

Los representantes de los diferentes sectores de la parroquia Glorificación de María hicieron la presentación del informe pastoral.

Los representantes de la parroquia Santísima Trinidad, participarán en esta ocasión en el decanato de Ixcán.

Las celebraciones litúrgicas comenzaron con la administración de la reconciliación a los participantes en el decanato del nor oriente de Huehuetenango.

Se contó con una muy numerosa participación.

Después de la homilía, el arzobispo animó a los hermanos a orar para ser auténticos discípulos y testigos del Evangelio.

Los hermanos oraron con mucha devoción y entrega.

Para la ocasión se hizo la bendición de buena parte de los lectores de la parroquia de la Glorificación de María.

Se contó con la participación de unos dos cientos lectores, procedentes de las más de 70 comunidades que forman la parroquia.

El momento culminante de la celebración lo consstituyó la celebración de la divina liturgia.

Por primera vez y, a iniciativa de la misma parroquia, se celebró la liturgia divina con el rito solemne.

El mismo 24 de julio por la tarde, el arzobispo hizo la primera visita a la comunidad Villa Linda Yulá San Juan.

Los hermanos expresaron su alegría y se administró el sacramento de la reconciliación.

El arzobispo invitó a los hermanos, después de la homilía, a entrar en oración, por la comunidad y por cada uno de sus miembros.

Los hermanos oraron intensamente y con mucha devoción.

Con ocasión de la visita del arzobispo, se administraron los sacramentos de la iniciación cristiana a siete niños de la comunidad.

El arzobispo animó a los hermanos a ser responsables con los compromisos que se asumen al bautizar a los niños.

También fueron preparados 18 hermanos para recibir la confirmación y el envío misionero.

El arzobispo animó a los confirmandos a comprometerse activamente en la acción evangelizadora y misionera.

La visita culminó con la celebración de la divina liturgia, concelebrada por el padre Hugo Patzán, párroco local.

Los hermanos participaron con mucha atención y alegría.

El mismo 24 de julio, por la noche, el arzobispo llegó hasta la lejana comunidad de San José Yulatisú, de Santa Cruz Barillas.

La visita comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a los miembros de la comunidad.

Los hermanos presentaron al niño Andrik, junto a sus padres, para que le fueran administrados los sacramentos de la iniciación cristiana.

Después de contar con el compromiso de ser fieles y practicantes de los padres, se administraron los sacramentos.

Los hermanos también prepararon a siete jóvenes para que recibieran la confirmación y el envío misionero.

Se trata de Rony, Celestino, Alejandro, Paulina, Ana, María y Nicolas. Todos se comprometieron a ser apóstoles activos.

También se celebró el matrimonio entre Vilkar y Flor de María.

El arzobispo animó a los contrayentes a entregarse con radicalidad al servicio del Señor.

La visita concluyó con la celebración de la divina liturgia presidida por el arzobispo.

Fueron muy numerosos los que acudieron a participar sacramentalmente en los divinos misterios.