El domingo 10 de septiembre, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la comunidad María Auxiliadora ubicada en Cuautitlán Izcalli, Estado de México.

Las celebraciones comenzaron con la administración del sacramento de la reconciliación, después de hacer la confesión de los pecados.

Durante la homilía, a la luz de las lecturas bíblicas, el arzobispo explicó el sentido bíblico del amor e invitó a los hermanos a suplicar al Señor la capacidad de recibir el don de Dios.

Los hermanos oraron por ellos, por sus familias y por la comunidad local.

Seguidamente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para la comunidad María Auxiliadora, la cual fue concelebrada por el padre Carlos Aguilar.

Los hermanos participaron con mucha devoción y, en su mayoría participaron sacramentalmente en los divinos misterios.

Al terminar las celebraciones litúrgicas, el arzobispo entambló diálogo con los hermanos para afrontar lo referente a la reorganización de la comunidad local.

La muerte del padre Mario López, implicó que ahora sea el padre Carlos el encargado y que sea urgente que los fieles se involucren activamente en la reorganización de la comunidad.

Para terminar la visita, los hermanos prepararon un tiempo de compartir fraterno.

Los hermanos participaron con mucha alegría y espíritu fraterno.

El domingo 10 de septiembre, después del mediodía, el arzobispo acompañado del padre Henry Jaimes, llegó hasta la sede de la parroquia Santa María de los Lagos de Coyotepec.

Después de llegar y compartir con los hermanos, el arzobispo administró el sacramento de la reconciliación a todos los que estaban participando en la parroquia.

Bajo la guía del padre Henry, se preparó a cinco hermanos para que recibieran la crismación y, algunos de ellos hicieran la comunión solemne.

El arzobispo explicó el sentido de los sacramentos que se administraban, los hermanos asumieron los compromisos correspondientes y se procedió a administrarlos.

Las celebraciones litúrgicas concluyeron con la celebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo y concelebrada por el padre Henry.

Los hermanos participaron con mucha entrega y devoción.

Para concluir la visita, el arzobispo dedicó el tiempo necesario para dialogar con los hermanos, referente a la reorganización de la parroquia, debido a la muerte del padre Mario López.

Se confirmó al padre Henry como encargado parroquial y se formó en principio, el consejo parroquial.

Al caer el día, el arzobispo llegó hasta la comunidad de San Ignacio de Antioquía en Santa Ana Nextlapan, para hacer la primera visita a la comunidad.

Después de saludar a los hermanos, se procedió a administrar el sacramento de la reconciliación a todos los fieles.

Se había preparado a las niñas Flor y renata para que, en la ceremonia, recibieran la crismación e hicieran la primera reconciliación y la comunión solemne.

La preparación estuvo coordinada por el padre Henry y el arzobispo, después de exhortar a la niñas, procedió a administrar los sacramentos.

El momento culminante de la visita lo tuvo la celebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo y fue concelebrada por el padre Henry.

Los hermanos manifestaron mucha entrega y animación durante la celebración.

Finalmente, el arzobispo dedicó el tiempo necesario para compartir con los miembros de la comunidad en un ambiente de mucha fraternidad y alegría.

Los hermanos expresaron su identificación y alegría por ser parte de la santa iglesia.

El 1 de septiembre, los tres obispos electos emprendieron camino hacia el Monte Líbano y Damasco. Desgraciadamente, en el momento de salir, el padre Orlando López se encontró con la dificultad de un homónimo que le impidió salir y aunque para el lunes todo quedó claro, ya era muy tarde para que viajara, por lo que su ordenación como monje, se postergó para finales de febrero.

Los otros dos obispos electos, padres Marcos Caicedo y Wilfredo Hurtado, llegaron a Monte Líbano el 2 de septiembre, acompañados por el Vicario Patriarcal de España, Su Eminencia Nicolás y llegaron a Damasco el 4 de septiembre.

En una ceremonia muy significativa, Su Santidad ordenó monjes a los padres Marcos y Wilfredo, el sábado 9 de septiembre.

Actualmente, se encuentran visitando diversos lugares históricos de la iglesia. Hoy están en Homms y mañana en Aleppo.

Antes de retornar el 22 de septiembre, estarán en Líbano, tambien visitando diversos lugares históricos.

Tanto Su Santidad como los Arzobispos, se sienten muy contentos de la visita de los obispos electos y están tratando de hacerles sentir como verdaderos hermanos. Felicitaciones a los nuevos monjes y agradecimiento a Su Santidad, a su Eminencia Nicolás y a todos los demás Arzobispo de nuestra santa iglesia.

El viernes por la noche, llegó el arzobispo al aeropuerto de Des Moins, para iniciar la visita pastoral a la comunidad San Pedro Apóstol de Ottumwa, Iowa.

El sábado, por la mañana dio inicio la visita pastoral con un retiro en el que participaron servidores de la comunidad.

Después de la primera meditación y de un tiempo de oración profunda, los hermanos que quisieron, pudieron compartir con los demás el testimonio de su vivencia.

Fueron muchos los hermanos que participaron, haciendo énfasis en el encuentro que el Señor les había facilitado y en el entusiasmo que eso les producía.

Hacia el final de la mañana, el arzobispo tuvo con los hermanos la segunda meditación, sobre el sentido de lo que es ser católico y cristiano, desde la perspectiva de la Sagrada Escritura.

Los hermanos participaron con mucha atención en las ideas compartidas por el arzobispo.

El retiro culminó con la unción de sanación interior para todos los hermanos que estuvieron dispuestos a entregarse en las manos del Señor de manera incondicional.

Se oró por la efusión del Espíritu Santo y se tuvo experiencia de su presencia activa.

Finalmente, los hermanos prepararon un tiempo de compartir fraterno.

El mismo se llevó a cabo en la planta baja de la iglesia. Allí también se preparó un pequeño apartamento para que sirva de lugar de hospedaje al arzobispo cuando hace las visitas pastorales.

El mismo sábado por la tarde, se comenzó con las celebraciones litúrgicas. Se administró el sacramento de la reconciliación a todos los hermanos que estaban preparados para reconciliarse.

Después de hacer una humilde confesión de los pecados, el arzobispo oró sobre los hermanos para que, por la unción del Espíritu Santo, recibieran el perdón.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cuál es el sentido del ser "mártir" y recordó que es una llamada universal, a partir de la efusión del Espíritu Santo.

Por lo mismo, invitó a los hermanos a aque, con humildad clamaran al Señor la gracia de ser ungidos para poder dar testimonio del Evangelio.

La actividad de la primera jornada en la comunidad San Pedro Apóstol de Ottumwa culminó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo.

Todos participaron con mucha devoción y, en la medida de lo posible, también recibieron la comunión con los divinos misterios.

El domingo 17 de septiembre, el arzobispo tuvo la segunda jornada de la visita pastoral a la comunidad San Pedro Apóstol ubicada en Ottumwa, Iowa.

Se comenzó con un tiempo de formación, especialmente dedicado a los miembros de los ministerios de música y de la forma en que están llamados a ejercer su ministerio.

Al final de la formación, el arzobispo invitó a los hermanos a entrar en un tiempo de silencio profundo, para implorar del Señor la gracia de ser autéticos testigos del Evangelio.

Los hermanos oraron con intensidad y se entregaron al Señor para cumplir su voluntad.

Las celebraciones litúrgicas iniciaron con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los hermanos que estaban participando en la celebración.

El arzobispo invitó a los hermanos a reconocerse pecadores y, luego, administró la absolución.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cuál es el fundamento para que el cristiana pueda perdonar ilimitadamente a aquellos que le ofenden o le hacen daño.

A la luz de la reflexión, el arzobispo invitó a los hermanos a entrar en oración profunda, para clamar al Señor la gracia de saber perdonar de corazón.

También, dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, se administraron los sacramentos de la reconciliación al niño Miguel Aarón, hijo de Elías e Isabel, que contrajeron matrimonio el año pasado.

Recordó a los padres y padrinos cuál era el compromiso fundamental que se hacía, al bautizar a un niño y, seguidamente procedió a administrar los sacramentos.

En la comunidad San Pedro Apóstol de Ottumwa, hay dos ministerios de música, para acompañar las asambleas que se celebran.

En esta ocasión, el arzobispo procedió a dar la bendición a cada uno de los miembros de los diferentes ministerios, implorando la gracia de poder ser testigos del Evangelio, a través de la música.

Desde hace casi un mes y medio, el hermano Rolando estuvo en comunicación con el arzobispo, pidiéndole oración porque su esposa y dos niñas venían en camino hacia Estados Unidos.

Felizmente, el martes llegaron las tres y, dentro de la celebración litúrgica, el arzobispo dio la bienvenida a las recién arribadas y las bendijo, para que el Señor las llene de su gracia.

La visita pastoral a la comunidad San Pedro Apóstol de Ottumwa, Iowa, culminó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y contando con la participación de los miembros de la comunidad.

Se tuvo una profunda experiencia de la presencia del Señor, así como una fuerza de transformación de los corazones.