El jueves 26 de octubre, por la mañana, el arzobispo, acompañado por el padre Huego Patzán, párroco local, llegó hasta la nueva comunidad de Santa Rosa De Palestina, para hacer la visita pastoral.

El arzobispo felicitó a los hermanos por haberse unido a la santa iglesia, madre de todas las iglesias y les administró el sacramento de la reconciliación.

Después de la homilía, el arzobispo invitó a los hermanos a entrar en oración para implorar del Señor la gracia de ser fieles discípulos del Señor.

Los hermanos oraron con intensidad, asumiendo el compromiso de perseverar en la fe y en el testimonio del Evangelio.

Seguidamente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, para los hermanos de la nueva comunidad de Santa Rosa de Palestina. Concelebró el padre Hugo.

Los hermanos mostraron su profundo amor por la eucaristía, así como por la santa iglesia.

La visita concluyó con un tiempo de encuentro que el arzobispo tuvo con los diferentes grupos de la comunidad de Santa Rosa de Palestina, Santa Cruz Barillas.

También se tuvo un breve tiempo para compartir un ágape fraterno.

El mismo día jueves 26 de octubre, al mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Ajabchiblac, en la parte alta de la población de Santa Cruz Barillas.

Esta comunidad ha sido visitada numerosas veces por el arzobispo. Se administró el sacramento de la reconciliación a todos los que se confesaron pecadores.

La comunidad de Ajabchiblac es muy activa en su organización y testimonio. En esta ocasión fueron 38 los jóvenes que se prepararon para recibir la confirmación de la crismación y el envío misionero.

El arzobispo recordó a los confirmandos su compromiso misionero y les ungió con el santo crisma, para confirmar la efusión del Espíritu Santo.

De entre los jóvenes que fueron confirmados, nueve se prepararon también para ejercer como lectores en la comunidad de Ajabchiblac de Santa Cruz Barillas.

Después de recordar cuáles son las características del lector genuino, el arzobispo procedió a bendecirlos.

La visita a la comunidad de Ajabchiblac culminó con la celebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo y concelebrada por el padre Hugo.

Los hermanos participaron con mucha devoción y, la casi totalidad de fieles también se acercó para comulgar sacramentalmente con los divinos misterios.

Hacia la media tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad de El Quetzal, del municipio de Santa Cruz Barillas.

La visita comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a los hermanos, después de que estos se reconocieron pecadores y se comprometieron a vivir la conversión.

Después de la homilía, el arzobispo invitó a los hermanos a entrar en oración para dar gracias al Señor por todos los beneficios recibidos y para implorar la gracia de ser fieles en el cumplimiento de la misión.

El arzobispo oró por los hermanos y los bendijo.

La visita concluyó con la celebración de la divina liturgia para los hermanos de la comunidad El Quetzal, que pudieron participar en la celebración.

Al final, dado que se trata de la última visita del arzobispo, antes de la llegada del nuevo obispo, los hermanos agradecieron al arzobispo y oraron por él.

El viernes 27 de octubre, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia de Santa Eulalia, Huehuetenango, para presidir el decanato del centro de Huehuetenango.

Participaron los cinco presbíteros de las parroquias involucradas: padres Julio, Juan Arcadio, Bernabé, Óscar y José Luis. Igualmente se contó con la participación de numerosa delegación de cada parroquia.

Después de la formación, el arzobispo invitó a los hermanos a entrar en oración de súplica, para clamar del Señor el don de una fe genuina y auténtica.

Los hermanos oraron con intensidad, entregándose con humildad en las manos del Señor.

Seguidamente, los presidentes de los cinco consejos pastorales de las parroquias involucradas en el decanato, presentaron un breve informe de la situación de las diferentes parroquias.

También se dialogó y algunos presbíteros intervinieron con cuestiones pastorales.

Las celebraciones litúrgicas en el ámbito del decanato dieron inicio con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los participantes.

Se invitó al arrepentimiento y a la conversdión y se invocó la efusión del Espíritu Santo, para el perdón de los pecados.

Dentro del marco de las celebraciones litúrgicas, acólitos de la mayoría de las parroquias del decanato se presentaron, para recibir la bendición para el ejercicio de su ministerio.

El arzobispo les recordó cuál es el sentido del ministerio que ejercen y los bendijo.

También predicadores y catequistas de la diferentes parroquia se hicieron presentes para ser bendicidos.

El arzobispo les recordó cuál es el sentido del ministerio que ejercen y cuáles son las actitudes indispensables, para poder ejercerlo con competencia y los bendijo.

Las actividades del decanato del centro de Huehuetenango concluyeron con la celebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo.

Concelebraron los cinco presbíteros que participaron en el decanato, al igual que la casi totalidad de fieles.

Después del mediodía, también en la sede de la Parroquia de Santa Eulalia, se tuvo la reunión con los presbíteros del decanato presbiteral del centro de Huehuetenango.

Se comenzó con la readecuación de la configuración del decanato y se eligió a los presbíteros encargados de la coordinación del decanato.

Como resultado del diálogo sostenido en el decanato presbiteral del decanato del centro de Huehuetenango, se constato la urgencia de que se organice, en forma independiente, el decanato dle norte de Huehuetenango.

Dado que de los miembros solo se contaba con la presencia del padre José Armando y de los diáconos Lorenzo y Diego y del Epesista Miltón, se les encargó de que se convoque una reunión para organizar con la participación de todos los presbíteros el decanato.

El viernes, por la tarde, el arzobispo presidió la celebración para fieles de la parroquia de Santa Eulalia, habiéndose iniciado con la administración del sacramento de la Reconciliación.

El arzobispo invitó al arrepentimiento, al reconocerse pecadores y al estar dispuestos a la conversión y procedió a impartir la absolución.

La razón específica de las celebraciones en Santa Eulalia, el 27 por la tarde, fue la celebración de la Confirmación de la Crismación y el envío misionero de un grupo numeroso de hermanos de la parroquia.

El arzobispo explicó cuál es el sentido del ser confirmado en la crismación y cuáles son los compromisos misioneros que se asumen y procedión a ungir con el santo crisma.

Algunos de los ministerios que estaban participando en la celebración, quisieron encontrarse de forma especial con el arzobispo.

Se trató específicamente del grupo de ministros de la comunión, del grupo de acólitos y del ministerio de música, conocido como Los Voceros de Cristo.

Las actividades pastorales en Santa Eulalia concluyeron con la celebración de la divina liturgia.

El arzobispo celebró, concelebraron los padres Julio, párroco local y José Luis y participaron los hermanos que estaban siendo confirmados y sus familiares y padrinos.