El domingo 12 de noviembre, por la mañana, acompañado por el padre Ariel, vicario para Colombia y por el Padre Edisson Padilla, encargado pastoral de la comunidad, el arzobispo llegó a la comunidad Santa María del Carmen, Barranquilla.

A su llegada, el Padre Edisson y la coordinadora de la comunidad local, dieron la bienvenida al arzobispo, haciendo una pequeña reseña del origen de la comunidad.

Seguidamente, el arzobispo dedicó el tiempo necesario para entablar diálogo con los miembros de la comunidad, sobre cuestiones relacionadas con la santa iglesia.

Entre las cuestiones que surgieron estuvieron las referentes al origen histórico de nuestra santa iglesia, a su organización y a aspectos relacionados con la liturgia.

Las actividades litúrgicas dieron incio con la administración del sacramento de la reconciliación a los hermanos que estaban participando en la celebración.

El arzobispo explicó a los hermanos por qué se administra el sacramento en la forma en la que los hacemos y cuáles son sus fundamentos bíblicos.

Después de la homilía, el arzobispo invitó a los fieles a ponerse en oración para implorar del Señor la gracia de poder ser auténticos discípulos suyos.

Los hermanos oraron, pidiendo al Señor también la capacidad para organizar la comunidad de acuerdo con su voluntad.

El momento culminante de la visita lo constituyó la celebración de la divina liturgia, en la que, cuanto se había enseñado, se convirtió en presencia activa de la Palabra de Dios.

El arzobispo presidió la celebración y concelebraron los padres Ariel y Edisson.

Al final, antes de partir, se tuvo un tiempo de encuentro, en el que el arzobispo dialogó y saludó brevemente a los hermanos que participaron en la celebración.

También se tuvo tiempo para un ágape fraterno.

El mismo día 12, al caer el día, el arzobispo, acompañado por los padres Aroiel, Franklin Daza y Edisson, llegó hasta la comunidad de San Pedro y San Pablo en la Villa de Soledad del departamento de Atlántico.

Le recibió el padre Jeiner, encargado de la comunidad, junto a varios fieles, que salieron al encuentro de la comitiva, con cantos y vítores, expresando y identificación con la iglesia.

Una vez llegados a la sede en donde la misión San Pedro y San Pablo tiene su sede, tanto el padre Jeiner como los líderes de la comunidad, dieron la bienvenida al arzobispo.

Se vivió en un ambiente de mucha alegría e identificación.

Finalmente, como parte de la llegada del arzobispo, dos hermanos que tienen cualidades poéticas, hicieron un homenaje, a través de poemas que fueron dedicados y los cuales estaban dedicados al arzobispo.

El arzobispo agradeció el recibimiento y, sobre todo, la identificación con la iglesia, que, con la gracia de Dios, el padre Jeiner ha ido cimentando entre todos.

Luego, se comenzó con las celebraciones litúrgicas, administrando el sacramento de la reconciliación a todos los que estaban participando en la celebración.

Se calcula que había entre 200 y 250 hermanos participando, habiendo también llegado algunos representantes de un par de comunidades nacientes.

Después de la homilía, en la que el arzobispo explicó el sentido de la fe y de la vida eterna, como experiencia presente, invitó a los hermanos a implorar la gracia de vivir con autenticidad.

Los hermanos oraron intesamente, clamando al Señor también la bendición para la perseverancia y el crecimiento de la misión.

Finalmente, se celebró la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo y concelebrada por los padres Ariel, Jeiner, Frnaklin Daza y Edisson.

Todos participaron con mucha devoción y un buen número de los hermanos también recibieron la comunión sacramental.

Antes de partir, el arzobispo dedicó el tiempo necesario para encontrarse con los hermanos, tanto de la comunidad local, que era la gran mayoría, como con allgunos representantes de las comunidades vecinas, que están en proceso de nacimiento.

Se concluyó con un breve ágape fraterno.

El jueves 16 de noviembre, por la tarde, el arzobispo llegó hasta la parroquia Espíritu Santo de Cunén, para realizar la visita pastoral de la zona central e Ixil de El Quiché.

El viernes 17, por la mañana, inició la actividad con el decanato del centro de el Quiché, el cual se llevó a cabo en la sede de la parroquia Espíritu Santo de Cunén.

Durante la formación impartida por el arzobispo, se explicó lo que implica ser católico, ser cristiano y renovado en el Espíritu Santo, por lo que invitó a los hermanos a la oración.

Los hermanos, guiados por el arzobispo oraron con intensidad, implorando la gracia del discernimiento al Señor.

Al inicio de la actividad, el arzobispo hizo la presentación formal del obispo electo, explicando el sentido de la creación de las diócesis y sus implicaciones en la vida de las parroquias.

Los hermanos tuvieron tiempo para hacer preguntas, expresar reflexiones y manifestar su gratitud al arzobispo.

Seguidamente, los coordinadores de los consejos pastorales y los presbíteros de las parroquias, rindieron informe de la situación pastoral de sus parroquias.

Se contó con la participación de delegados de la parroquia local, Uspantán y la Zona Reyna, así como de los centros pastorales de Chicamán y Sacapulas.

Al terminar lo propio del decanato, el obispo electo y párroco de Cunén, presentó a los nuevos miembros de los consejos pastoral y económico de la parroquia local.

Después de ahortarlos, el arzobispo oró por ellos y los bendijo.

La actrividad litúrgica inició con la administración del sacramento de la reconciliación a los hermanos que estaban participando en el decanato del centro de El Quiché.

Se invitó al arrepentimiento, a reconocerse pecadores, a la conversión y se impartió la absolución.

El párroco local, Monje José Wilfredo, preparó a ocho miembros de la parroquia de Cunén, para que fueran confirmados en la crismación y recibieran el envío misionero.

Después de exhortar acerca de lo que implica la confirmación, el arzobispo procedió a administrarla.

También, en el marco de la celebración litúrgica, se invitó a los miembros de los ministerios de música, que habían sido previamente preparados, para recibir la bendición.

El arzobispo explicó a los hermanos el sentido de la unción de confirmación y la administró.

El momento culminante de la reunión lo constituyó la celebración de la divina liturgia, en la cual participaron la gran mayoría de los hermanos, con espíritu de devoción.

La liturgia, presidida por el arzobispo, fue concelebrada por los padres José Wilfredo, Norvin, Óscar y Víctor.

Al final de la celebración, la parroquia de Cunén, por medio del presidente del consejo Pastoral, presentó un homenaje de gratitud al arzobispo por lo años en que les ha servido.

El arzobispo animó a los hermanos a seguir trabajando con mayor entusiasmo y espíritu de misión.

El mismo día 17, por la tarde, en la sede de la parroquia de Cunén, se celebró el decanato presbiteral de El Quiché, con la participación de todos los presbíteros.

Participaron: el monje José Wilfredo y los presbíteros Norvin, José Bailiner, Óscar Guardado y Víctor.

El sábado 18 de noviembre, estaba previsto que el arzobispo celebrara el decanato del norte de la zona Ixil en el Centro Parroquial de La Perla, Chajul. Sin embargo, debido a las lluvias recientes, la carretera colapsó y el área quedó incomunicada, por lo que solamente el consejo pastoral parroquial participará en el decanato sur de la zona Ixil.

Por lo mismo, el Dayroyo José invitó al arzobispo a que, dado que estaría en Cunén, visitara la comunidad Sagrada Familia, ubicada en el centro de la población. Después de llegar y saludar a los hermanos, se administró el sacramento de la reconciliación.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cuál es el sentido de la fe que el Señor requiere para poder responder al clamor de sus hijos y hacerlos partícipes de su vida.

Por lo mismo, invitó a los hermanos a sumergirse en oración, para clamar del Señor la gracia de responder con generosidad, para recibir el don de la fe.

La visita a la comunidad Sagrada Familia de Cunén, culminó con la celebración de la divina liturgia, la cual fue presidida por el arzobispo.

Los hermanos participaron con mucha fe y, en su casi totalidad, se acercaron para comulgar sacramentalmente con los divinos misterios.

El domingo 19 de noviembre, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede de la comunidad de Salquilito, Nebaj, para presidir el decanato del sur del área Ixil.

Junto al arzobispo llegaron, el monje José, obispo electo de la diócesis del norte de Guatemala y los padres Norvin, encargado pastoral local y José Bailiner, párroco de Chajul.

Después de un saludo a los hermanos, el arzobispo procedió a hacer la presentación del Monje José Wilfredo Hurtado, obispo electo para la diócesis del norte de Guatemala.

El obispo electo, saludó a los hermanos y se puso a su diposición para consolidar el trabajo que se ha ido realizando a lo largo del camino.

Seguidamente, el arzobispo impartió una serie de recomendaciones a los hermanos, acerca de la identidad de la iglesia, de nuestra misión y del futuro de nuestro ministerio.

Los hermanos tuvieron tiempo para dialogar, agradeciendo el acompañamiento y haciendo algunas preguntas.

Luego, los presidentes de los consejo pastorales de Nebaj y de Chajul, hicieron una presentación breve de la situación que se está viviendo en cada uno de los centros.

Finalmente, los padres Norvin y José Bailiner, informaron acerca de la situación de sus respectivas parroquias y el obispo electo, concluyó los informes.

La actividad litúrgica comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a los hermanos que estaban participando en la celebración.

El arzobispo invitó al arrepentimiento, y, seguidamente, invocó la efusión del Espíritu Santo, para el perdón de los pecados.

Después de la homilía, en la que el arzobispo subrayó la responsabilidad de cada cristiano, como respuesta a los dones que el Señor le ha confiado, se entró en oración.

Los hermanos clamaron al Señor la gracia de ser conscientes de los dones específicos que cada quien ha recibido, para poder responder con generosidad.

El arzobispo también bendijo a los miembros de los ministerios de música del centro pastoral Santa María de Nebaj.

Antes de hacer la bendición, recordó cuál es la identidad y las características de quienes han sido llamados a formar parte de los ministerios de música.

El momento culminante de la celebración lo tuvo la celebración de la divina liturgia con todos los fieles que estaban participando, presidida por el arzobispo.

Concelebraron el obispo electo y los padres Norvin y José Bailiner.

Cuando finalizó toda la actividad, el grupo de jóvenes, así como otros grupos y, en general todos los hermanos, presentaron un sencillo homenaje al arzobispo.

Toda la celebración transcurrió en un ambiente de oración y de profunda alegría.