El viernes 9 de febrero, el arzobispo llegó hasta la ciudad de Ottumwa en el Estado de Iowa, para realizar la visita pastoral de la comunidad que se encuentra en esa ciudad.

El sábado 10, se comenzó con la visita, haciendo la presentación del nuevo equipo de coordinación de la comunidad.

Seguidamente, el arzobispo impartió formación a los participantes de la comunidad, acerca del sentido de la ortodoxia en la vida personal del creyente.

Se hizo énfasis en el carácter práctico y controlable que tiene el estar viviendo con la misma actitud con la que lo hicieron los apóstoles y los primeros cristianos.

Después de la formación, se comenzó con las celebraciones litúrgicas para la comunidad.

Se administró la reconciliación a todos los hermanos participantes que, con corazón humilde, confesaron sus pecados, invocando sobre ellos la efusión del Espíritu Santo.

Después de lahomilía, el arzobispo invitó a los hermanos a ponerse en un tiempo de oración profunda, para clamar del Señor la capacidad de ser humildes, para participar de los dones apostólicos.

Los hermanos oraron con mucha intensidad y también con interés y expresnado sus sentimientos profundos.

El arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos de la comunidad de Ottumwa, del Estado de Iowa.

Los hermanos participaron en la misma con espíritu de profunda devoción, sabiendo que a través de los divinos misterios, el Señor renovaría la vida de todos los creyentes.

Finalmente, la actividad conluyó con un tiemplo de adoración.

Se alabó al Señor, se hizo oración comunitaria, varios de los hermanos expresaron su testimonio acerca de lo que significa para ellos el sacramento del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Se concluyó con la bendición.

El domingo 11 de febrero, continuó la visita pastoral del arzobispo a la comunidad San Pedro Apóstol, ubicada en Ottumwa, del Estado de Iowa, Estados Unidos.

La actividad dio inició con un agradecimiento al arzobispo por la visita y con algunos testimonios de los fieles.

Después se comenzó con las celebraciones litúrgicas.

La primera actividad litúrgica fue la administración del sacramento de la reconciliación a todos los participantes, después de que se reconocieron pecadores.

Después de la homilía, en la que el arzobispo señaló algunas de las diferencias entre el Antiguo y el Nuevo Testamentos, invitó a los hermanos a entrar en oración.

Todos oraron intensamente, clamando al Señor la gracia de encontrarse con Él, para experimentar la sanación interior y la liberación integral de todo pecado.

Se preparó a cinco hermanos para recibir los sacramentos de la iniciación cristiana. Se trataba de tres adultos y de dos niños, presentados por sus padres.

El arzobispo recordó cuáles son los compromisos que se adquieren y procedió a administrar los tres sacramentos.

También un grupo de cinco hermanos fueron cuidadosamente preparados para recibir la confirmación de la crismación y el envío misionero, asumiendo un compromiso activo en la vida pastoral de la comunidad.

El arzobispo exhortó a los confirmandos a comprometerse auténticamente en la evangelización, para cumplir la misión que se les confiaba, a través de la confirmación.

El primero de enero, de acuerdo a los estatutos de la comunidad se eligió a los nuevos coordinadores de la comunidad. Se trata de los hermanos Diego César y Juan Aníbal. Además, se elegió a los miembros de nuevo consejo pastoral.

El arzobispo oró por ellos y los bendijo.

Recientemente se ha formado en la comunidad un ministerio de intercesión y oración, dentro de la comunidad San Pedro Apóstol de Ottumwa, Iowa.

El arzobispo recordó cuáles son las actitudes fundamentales que se deben asumir para cumplir con fidelidad la misión que se es confiada.

También fueron presentadas algunas hermanas que ejercen diferentes ministerios de servicio, con la cocina y la limpieza.

El arzobispo les recordó que se deben asemejar al ejemplo de Marta y María, para cumplir con fidelidad el ministerio que les es confiado, y alcanzar provecho espiritual en sus vidas.

La visita pastoral a la comunidad San Pedro Apóstol de Iowa concluyó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo, con la activa participación de todos los fieles.

Los hermanos recordaron la centralidad que tiene la celebración de la Eucaristía en la vida e identidad de la comunidad.

El lunes 12 de febrero, por la noche, llegó el arzobispo a Los Angeles, para dar inicio a la visita pastoral de la parroquia San Miguel Arcángel ubicada en California.

El martes 13, por la noche, se tuvo la primera actividad con los miembros del consejo pastoral de la parroquia, administrando el sacramento de la reconciliación.

Durante la homilía, a la luz de las lecturas bíblicas, el arzobispo señaló que, cada quien, recibe dones para la edificación del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia.

Por lo mismo, invitó a los hermanos a entrar en oración, para implorar del Señor la gracia de reconocer los dones que cada quien ha recibido y hacerlos fructificar.

Seguidamente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia para los miembros del Consejo Pastoral de la Parroquia de San Miguel Arcángel.

Conscientes de la centralidad que tiene el misterio de la Palabra de Dios hecha carne, que se nos da como alimento de vida eterna, todos los participantes, se acercaron a comulgar con los divinos misterios.

El encuentro concluyó con la reunión del consejo pastoral.

Cada miembro hizo una breve evaluación de lo que se ha realizado en el último vez, reiterando el compromiso de tratar de escuchar constantemente la voz de Dios, para fundamentar en ese encuentro, todo el proyecto pastoral.

El miércoles 14 de febrero, por la noche, el arzobispo visitó la comunidad Poder del Espíritu Santo, ubicada en el centro de la ciudad de Los Ángeles, California.

Se inició exhortando a la conversión y administrando el sacramento de la reconciliación.

Después de la homilía, en la que el arzobispo explicó el sentido de la Cuaresma, se invitó a la oración de súplica, para clamar del Señor la gracia de la conversión.

Los hermanos oraron con fervor e intensidad, pidiendo el arrependimiento y el perdón de los pecados.

El miércoles 14 de febrero, comenzó la celebración de la Gran Cuaresma, de acuerdo al calendario con que se celebra en la Arquidiócesis de Centroamérica.

Por lo mismo, el arzobispo exhortó a tomar en serio el tiempo de conversión y se impuso la ceniza en la cabeza de cada uno de los fieles.

La visita a la comunidad Poder del Espíritu Santo culminó con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y en la que los hermanos participaron con devoción.

Habiendo recibido el sacramento de la reconciliación, la mayoría de los presentes pudo acercarse a recibir los sagrados misterios.

El miércoles 14, ya bien entrada la noche, el arzobispo se dirigió hasta la sede de la comunidad Pacto Divino, ubicada en el centro de Los Ángeles, para realizar la visita mensual.

Después de animar a los hermanos al arrepentimiento, se administró el sacramento de la reconciliación.

A la luz de la reflexión que el arzobispo compartió, con ocasión del inicio de la gran cuaresma, el arzobispo invitó a los hermanos a orar por la conversión.

Con devoción, los hermanos clamaron del Señor la gracia de abrir el corazón, para ser purificados por el don dle Espíritu Santo.

También, en el contexto del inicio d ela gran cuares, el arzobispo hizo la bendición de la ceniza y, luego, todos los presentes, se acercaron a que les fuera impuesta.

El arzobispo señaló que el rito tiene sentido, en la medida que sea expresión del inicio de una auténtica conversión.

La visita a la comunidad Pacto Divino concluyó con la celebración de la divina liturgia.

Presidida por el arzobispo, participaron todos los hermanos con auténtico espíritu de devoción, tratando de comenzar, en espíritu humilde, el camino de la cuaresma.

El jueves 15 de febrero, por la noche, el arzobispo llegó hasta la sede de la comunidad El Pescador, ubicada en el centro sur de Los Ángeles, California.

Después de compartir con los hermanos, se administró el sacramento de la reconciliación.

Durante la homilía, el arzobispo explicó cuál es el sentido del tiempo de la cuaresma e invitó a los hermanos a asumir el compromiso de emprender un camino de conversión.

Por lo mismo, después de lahomilía, invitó a los hermanos a entrar en oración, para implorar del Señor la gracia de tener un auténtico tiempo de renovación interior y de conversión.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia, con los miembros de la comunidad de el Pescador, de la ciudad de Los Ángeles.

Los hermanos, conscientes de la centralidad de la eucaristía en la vida cristiana, participaron con profunda devoción y, en su mayoría se acercó a recibir los divinos misterios.